Una encuesta reciente de la página web RomanceSecreto.com a 1.500 argentinos reveló que el 41% por ciento de ellos reconoció haberle sido infiel a su pareja al menos una vez. El 82% de los encuestados aseguró que nunca perdonaría el engaño y la mayoría de los "infieles" (un 37%) reconoció que la aventura se produjo con un compañero del trabajo. El uso del celular: Es importante tener presente cuál es el comportamiento habitual de cada integrante de la pareja con su celular dentro de la casa. Aquel que se vuelve un obsesivo del aparato, que lo lleva consigo hasta cuando tiene que ir al baño y que le prohibe a su pareja incluso tocarlo para acomodarlo en algún lugar de la casa, puede ser objeto de sospecha. "La clave está en determinar si esa persona fue siempre así de obsesiva con su teléfono. El que no tiene nada que esconder, lleva el asunto de una manera mucho más relajada". La ropa interior. La elección del vestuario para afrontar el día también puede reflejar un signo de sospecha de una relación paralela. Una buena estrategia para quienes desconfían es analizar qué tipo de ropa interior usa la pareja en cada día de la semana. "Si uno ve que su pareja se pone lencería fina super sexy todos los jueves, puede ser una clara señal de alarma. Cuando aparecen las dudas, hay que estar atento a todos los detalles". Los horarios. Dentro del marco de los cambios de hábitos, es necesario prestar atención a los horarios de la pareja. Cuando empiezan a aparecer de golpe innumerables reuniones laborales a última hora, cuando se altera por completo un calendario que parecía estático durante los meses anteriores, es momento de permitirse la duda. "Las reuniones laborales es, posiblemente, la excusa más repetida por los infieles. Si una persona no acostumbra a tenerlas y de repente llena su semana de ellas, es por lo menos sospechoso", afirmó el detective. El dinero. "El verdadero infiel nunca tiene tiempo ni tiene un peso", aseguró el detective privado. Para aquellos que se mantienen al día con las cuentas de la pareja, es importante tomar en cuenta cuando empiezan a haber gastos repetidos y abundantes por parte del otro. "Con el dinero es más complicado porque tampoco uno puede estar controlando los números del otro, no corresponde. Pero sí es cierto que muchos infieles empiezan a derrumbar su mentira cuando la plata empieza a escasear y no tienen cómo justificarlo". El pago de un hotel transitorio durante al menos tres días a la semana puede afectar y mucho al bolsillo de un ciudadano medio. Actividades extra. Al igual que las reuniones de trabajo, un punto a tener en cuenta es la aparición de actividades posteriores a la oficina. Clases de yoga, pilates, gimnasio, piano, baile pueden representar la excusa típica de un infiel a la hora de esconder su relación con otro. "Una buena alternativa puede llegar a ser tratar de acompañar al otro a una clase de esa actividad que genera tantas dudas. También hay que saber analizar el comportamiento de la pareja ante esa proposición".