Estudios en la London School of Economics, un MBA en Harvard y experiencia laboral en P&G y McKinsey. ¿Qué podría salir mal si un empleado tiene un currículum semejante? Esa historia laboral acompañaba a Matias Recchia, el argentino sub 35 que saltó a la fama luego de ser parte del management de Vostu, la empresa que creaba juegos redes sociales y que, de la noche a la mañana, bajó la persiana.
“Dos amigos del MBA habían empezado Vostu. Entonces me uní a ellos cuando eran 10 personas. Nuestra idea original era hacer una red social para América latina, porque en ese entonces Facebook recién nacía. No funcionó y nos inclinamos a juegos sociales, nos unimos a Facebook y crecimos muchísimo”, recuerda Recchia, hoy CEO de IguanaFix, una app que reúne a gasistas, plomero, electricistas y fleteros, entre otros trabajadores, en una bolsa de trabajo on demand para quien los necesite.
IguanaFix fue la consecuencia del fracaso de Vostu. Esa primera empresa, de la cual Recchia era CEO, llegó a tener 50 millones de usuarios en tan solo un solo videojuego. “Teníamos una oficina en Nueva York, otra en San Pablo y una en Buenos Aires, donde hicimos todo el desarrollo. Llegamos a tener 500 empleados y a facturar $ 40 millones”, rememora. Su principal cliente era Orkut, conocido por muchos como el “Facebook brasilero”.
Por eso apostaron todas sus fichas a Google Plus, creyendo que iba a funcionar bien, aunque no fue así. “Tardamos mucho en ir a Facebook y además el mundo inversor dejó de estar interesado en el social gaming. Así se nos cayó el modelo de negocios”, explica sobre aquellos días turbulentos. Fue reestructurada en 2012 y Recchia se fue en 2013. Con una operación muy chica, en 2016 cerró definitivamente.
Cualquiera que ve Vostu de afuera se pregunta cómo egresados del MBA de Harvard quebraron una empresa.
Yo creo que primero hay que aclarar que, obviamente, no está bueno que las cosas se caigan, porque si las hacés bien tenés que estar más cómodo. Pero hay factores externos que juegan. El mercado de juegos es un negocio donde si tenés un juego que te va bien, triunfás, pero al próximo videojuego puede no irle bien.
Le pasó a Robio con Angry Birds, fíjate que después no le pegaron con muchas otras cosas. Dependés del contenido, así que cuando empezamos de cero a pensar un proyecto nos dimos cuenta que queríamos que Internet facilitara un servicio pero que sean cuestiones de la vida real facilitada por la tecnología, no apuntar al contenido, porque hoy los dueños del contenido son Google, Apple y Facebook. Vos si hacés contenido, un día estás de moda y otro no; solo algunos pocos, como Disney, pueden generar siempre contenidos creativos y exitosos.
Andrés Bernasconi era CTO de Vostu y hoy es tu socio. ¿Se juntaron y dijeron “hagamos algo”?
Sí, hagamos algo con barrera de entradas reales, porque en el ambiente de los juegos un desarrollador alemán puede agarrar y lanzar un juego en la Argentina en un minuto. Por ejemplo, en Iguana Fix tenemos una red de trabajadores de la economía real que no es fácil crear. Además, queremos hacer algo que ayude tecnológicamente pero que no pase de moda, porque muchas aplicaciones pasan de moda. Además queríamos hacer algo con impacto social, porque con los juegos vendíamos “vacas virtuales” (era un videojuego de una granja) y la gente estaba todo el día frente al teléfono.
¿Qué aprendiste de tu anterior proyecto?
Primero a no creértela mucho cuando te va bien, porque quizás cuando lo hiciste tuviste suerte. Mucha gente que le va bien se felicita mucho y dice que es todo fruto de su trabajo; pero después te va mal y te das cuenta que siempre hay un componente de suerte. En lo que respecta a financiamiento, en Estados Unidos aprendí que si tu empresa crece, siempre encontrás dinero disponible. Pero en América latina nos dimos cuenta que cuando levantás plata no te podés endulzar en crecer, porque no sabés cuándo puede ser tu próxima ronda de financiamiento, así que tenés que apuntar a estabilizarte. En ese sentido, aprendimos a ser más conservadores, como no contratar gente tan rápido, y relacionado con eso está la importancia de mantener la cultura de la empresa. En Vostu nos dimos cuenta que entraban 10 personas a la semana y yo no entrevistaba a nadie.
Hoy entrevisto a todos: a un senior o a la recepcionista. Además, tenés que comunicarle bien las expectativas y la realidad al equipo, porque en Vostu pasó que había gente que creyó que trabajaba en una mega corporación, y sos una start up, y tenés que moverte a esa velocidad. Yo ahora cuando contrato a alguien le digo: “Prepárate para trabajar en una empresa que cambia todo el tiempo, que puede ser un poco de lío porque estamos empezando, pero si te gusta el proyecto, bienvenido”.
IguanaFix tuvo dos rondas de inversión. La primera por US$ 3 millones con Riverwood, y la segunda por US$ 16 millones con Temasek. ¿No se puede ir a un banco en la Argentina a pedir financiamiento?
No, es irreal. Hoy en día se hacen cosas para que eso pase sea posible pero es muy difícil hacer una empresa acá. Necesitás abogados, contadores, etc. Sé que hay buenas iniciativas pero en la práctica es engorroso. Hoy vas a un banco y te piden seis estados contables auditados, y no entienden que sos una start up que empezó hace dos años.