Lo llamábamos para analizar este escenario de las PASO. ¿Qué pasaría antes y después de las PASO? ¿Se imagina que pasaría en octubre en unos u otros resultados dados los que se den?
En general no suelo hacer pronósticos de lo que va a ocurrir. No soy encuestador, tampoco sirven las encuestas. La gente ya votó en el 2015, las condiciones del voto no se han modificado.
La opinión pública va a repetir ese voto, va a hacer que se repita lo de octubre del 2015 y los partidos se van a ir acomodando en constancia. De hecho, lo hacen, están jugando, están trabajando sobre estrategias de sus tácticas electorales presumiendo que no va a haber una modificación del voto.
Tenemos cuatro años hacia adelante de una elección que vos. Entonces eso puede cambiar un poco las cosas, pero la realidad es que esto no se ha modificado, son las mismas que del 2015; y no ocurrió nada en la Argentina que alguien que votó a la izquierda va a la derecha.
Estoy hablando de los grandes conglomerados de votos, no del voto individual. Entonces yo le quito toda la emoción de que algo va a cambiar. ¿Qué opina de las diferentes estrategias que han elegido los candidatos? Eso hay analizarlo de acuerdo al resultado.
Es difícil decirlo porque el resultado va a decir si las estrategias fueron las adecuadas o no. Creo que en general tanto oficialismo como oposición tienen una posición muy clara de su interés y creo que tienen las herramientas para defenderlo. A mi juicio no están cometiendo un error muy profundo importante que abra vulnerabilidades a sus intereses.
Resulta curiosa la campaña de Cristina con sus apariciones homeopáticas cuando en realidad un candidato intenta salir todo el tiempo como lo hacen los candidatos de Cambiemos, lo intenta Randazzo, como lo hace Massa… ¿Qué opina de eso?
Yo esperaría el resultado si fue exitoso o no. Cada uno hace lo que cree conveniente. Los candidatos son muy experimentados, es gente que está muy corrida en la política y tiene noción de sus intereses. Si hay un candidato debutante establece en su campaña tácticas de acuerdo a sus intereses. Yo no veo ni que esté bien ni que esté mal.
Además, yo creo que los vestidos en la política hay que minimizarlas. En la Argentina por una sobredosis de opinión hay una exagerada cuestión por las cuestiones de vestidos. “El vestido así o no, el vestido de la Vidal, que se peinó, que se arregló, que se enojó, que se victimizó, que si dijo una frase…” Son adjetivas laterales que no afectan al voto.
El voto se hace, el votante después de una larga meditación de meses, de años la gente evalúa como cree que lo están gobernando, cómo cree que va a cambiar y cómo va a ir hacia adelante. Entonces, nadie vota por el vestido, nadie vota porque si se vistió de verde o de rojo. Esos son todos detalles. Luego ocurre con los marketineros, los prenseros, los dueños de los servicios de marketing y prensa que necesitan justificar su empleo y hacerles creer que lo que ellos hacen va a incidir en la elección.
Cualquier persona que vota saber que no es así. Las elecciones se deciden con estrategias, diagnósticos profundos de la realidad y se toman decisiones de fondo. Las que toma el electorado, claro. Sin duda el tema económico va a tener un peso fuerte en estas elecciones.
Hoy escuché por ejemplo al presidente Macri que la economía en estos momentos está despertando. ¿Qué cree usted al respecto? Yo creo que el tema económico no pesa nada en las elecciones. La gente no vota por la economía, vota por la posición, vota por cómo cree que lo va a gobernar, por la gente con la que se identifica de manera más concreta y no por la economía.
Es cierto que, si un gobierno le va mal en la economía, le va a ir mal en la política. Ahora a un gobierno puede irle más o menos en la economía y ganar la elección porque las elecciones son decisiones del tipo económico, pero no tiene que ver con la economía. Si uno tiene un desastre, le va a ir mal pero el desastre no está. Ahora, la economía no salva a nadie.
Hay casos históricos de países que tienen gestiones económicas prósperas y van a plebiscito y los tiran abajo. El caso de Venezuela con el presidente Maduro hace unos años atrás que estaba mal económicamente y volvieron a votar por Maduro.
Para mí el caso más evidente y que hay que analizar en la política es el caso Pinochet con el plebiscito para restablecer la constitución que precipitó su caída. Digo porque yo soy sincero, la prosperidad de la economía de Pinochet que logró salir de las crisis más graves de su gobierno, que ha tenido crisis realmente terminales años antes de su elección y va a un plebiscito que lo que únicamente se discute es política.
Nadie le discutía la gestión económica (salvo al principio) sino el sistema político. Y la gente lo mandó a la casa porque quería un cambio político. Bajo ese análisis debería ganar los candidatos de Macri. Yo creo que en general no se han producido cambios en la política argentina que motive que el que lo votó en 2015 en primera vuelta vaya a cambiar ahora su voto.
Esto significa que el gobierno está muy cerca de repetir el 34% o 35% que es lo que tiene, que nunca tuvo más que eso. El kirchnerismo va a tratar de superar su división y lograr un voto parecido, lo cual le va a costar porque el peronismo está dividido de manera manifiesta. Está eternamente en batalla el peronismo.
No es lo mismo el 37% que saca Scioli que saca en condiciones muy buenas. Primero porque Scioli era un extraordinario candidato y segundo porque tenía al gobierno nacional y el gobierno peronista con toda la artillería electoral de prevendas y de regalos, y de los usos de los medios del Estado para gobernar para hacer política como hace el peronismo; y por eso sacó el 37%.
Pero eso es muy difícil de repetir ahora cuando es una elección municipal. Son 24 elecciones en un peronismo que no tiene el gobierno nacional y que además está muy dividido. Eso les va a costar mucho tiempo reponerse. Esa es la gran ventaja que tiene cambiemos: no tiene divisiones.
Cambiemos tendrá algún chisporroteo interno, pero no… Cambiemos tiene un programa, tiene un conductor que es Macri. O sea que en eso está mejor para repetir el horizonte. En la sumatoria de votos perdió. Seguramente en esta elección cuando sumen los votos va a volver a perder.
Volverá a tener un 30% o 35%. Podrán ser primera minoría, no tengo dudas que eso va a ocurrir, pero si vas a sumar los votos de las otras fuerzas van a ser más. En un ballotage no te importa. Las encuestas dicen de uno y otros lados que están empatados todos.
¿Usted piensa que en el caso que ganara Cristina Fernández en la provincia de Buenos Aires se le complicaría a Macri hacer toda la reforma fiscal, el achique del gasto público y todas las medias que hasta ahora no ha hecho? En realidad, esas son ideas generales de reformas de sistemas que el gobierno va a tratar de hacer si puede y si no va a seguir ahorrando. Yo no creo que tenga ese tipo de agenda.
Lo que yo creo es que en la eventualidad de que ganara Cristina de Kirchner en la provincia de Buenos Aires al gobierno de Vidal se le facilitaría porque una victoria de Cristina de Kirchner en la provincia de Buenos Aires profundizaría las divisiones del peronismo.
Hoy el peronismo está fracturado: el peronismo de los gobernadores, que encabeza básicamente Schiaretti y el peronismo del senado que controla Pichetto. También el cristinismo es minoría. Si gana Cristina de Kirchner va a ganar una minoría de la provincia de Buenos Aires que se va a aferrar a ese triunfo si eventualmente ocurre y eso va a perpetuar la división del peronismo.
Es la clave de la existencia de los partidos en el ballotage. Escribí un libro que se llama “Macri confidencial” que salió el año pasado por la editorial Planeta donde yo demuestro, pruebo con hipótesis que este gobierno gana las elecciones del año pasado porque construye lo que yo llamo el Partido del Ballotage. Refleja sinceramente la realidad electoral de la Argentina donde el peronismo tiene menos votos que el no peronismo.
O sea que estas elecciones lo que va a traer es un nuevo sistema político entonces. Por lo que está diciendo debería traer un nuevo sistema. Creo que ese sistema existe. Volviendo a lo que estaba diciendo, si Cristina de Kirchner llegara a ganar las elecciones en la provincia de Buenos Aires, perpetuaría la división del peronismo y pondría a Cambiemos en la mejor posición de volver a ganar un ballotage en el año 2019.
Esa es la realidad que quieren todos los gobiernos: seguir gobernando. Muy interesante este análisis.
¿Con Sergio Massa que pasaría? ¿Usted lo deja afuera de esta discusión? Yo no lo dejo afuera. No hay ningún pronóstico electoral que lo incluya disputando la mayoría ni la minoría en el senado. Creo que, si se llegaran a cumplir los números de las encuestas, las cuales yo no puedo saberlo ahora, acà se estarían yendo a la casa Randazzo y Massa; y eso estaría comprobando el fracaso del peronismo no kirchnerista: el peronismo que apostó el año pasado a que Cristina se evaporara ni existiera jamás.
Esa es una hipótesis que tenía un sector y de hecho no ha ocurrido. Y eso no ocurre porque no hay masa que atraiga el peronismo. Acá el problema no es en sí el peronismo. ¿A quién apuesta el peronismo? A quién atraiga más votos. ¿A quiénes vota la gente? A Cristina. El peronismo ha hecho un análisis a través de intendentes que no es Randazzo, no es Massa, que sí es Cristina de Kirchner. Cristina lo que tiene a su lado es a los intendentes y a unos de los dueños del voto sociológico del peronismo que es Scioli.
Si Scioli hubiera entrado en la línea de la renovación como Bossio, Randazzo o Massa ese voto probablemente habría cambiado. Pero eso no ocurrió. Gracias por la comunicación Ignacio Zuleta, gracias por estar en Quiero a mi País por FM Concepto. No, yo agradezco mucho a ustedes