Luego de que este fin de semana pasado el represor Miguel Osvaldo Etechecolatz se paseara por la ciudad de Mar del Plata impunemente, sin custodia uniformada, sin esposas y en un vehículo sin identificación, la diputada porteña y referente por los Derechos Humanos, Myriam Bregman, señaló que "la domiciliaria a Etchecolatz expone como pocas veces antes por qué decimos que ese beneficio a los criminales de lesa humanidad es un régimen de impunidad”.
En este sentido, agregó: “Los policías y prefectos que lo rodean demuestran que el Gobierno y la Justicia pusieron el aparato represivo y de inteligencia para custodiar al genocida, no para vigilarlo. Es bochornoso: la custodia que le pusieron es para cuidarlo. Se evidencia la escandalosa impunidad que significan las prisiones domiciliarias para genocidas".
Bregman, quien fue abogada en el juicio donde fue condenado Etchecolatz por sus crímenes de lesa humanidad al mando de la Dirección de Investigaciones de la Policía Bonaerense durante la última dictadura cívico militar, puntualizó: "Etchecolatz no es un ex represor. Cada día renueva su intención de cometer esos crímenes: mantiene en situación de apropiación a Clara Anahí Mariani y no nos dice dónde está Jorge Julio López".
Por último, la diputada por el Frente de Izquierda denunció que "Milagro Sala es una presa política y su detención domiciliaria está sometida a un estricto régimen de control, casi carcelario. En cambio Etchecolatz es un genocida y en su prisión domiciliaria el Estado pone a sus fuerzas de seguridad para cuidarlo. De esto hablamos cuando hablamos de impunidad, por eso denunciamos que cuando los mandan a prisión domiciliaria prácticamente les están otorgando la libertad".