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A menos de dos semanas para el inicio del comienzo del ciclo lectivo 2018, las negociaciones salariales con los docentes de la Ciudad de Buenos Aires tuvo este martes en la sede del Ministerio de Educación porteño la primera reunión convocada por la ministra de esa cartera, Soledad Acuña, y los 17 gremios del sector, a excepción del Sindicato Argentino de Docentes Privados (Sadop), al que le prohibieron el ingreso.
La propuesta que presentó la ministra Acuña fue un aumento del 12 por ciento en tres cuotas (6% en marzo, 3% en agosto y otro 3% en octubre), sin cláusula gatillo, más un plus de 600 pesos por cargo en carácter de adelanto de la negociación.
Los gremios docentes rechazaron de plano la propuesta y presentaron una contrapropuesta de un 24 por ciento con cláusula gatillo.
Desde el Gobierno de la Ciudad confirmaron que llamarán a un nuevo encuentro paritario, cuya fecha informarán esta semana.
"El gobierno (porteño) quiere imponer un tope salarial para docentes y para el resto de los trabajadores, consagrando una nueva rebaja salarial y nos empuja a un conflicto", aseguró la secretaria adjunta de la Asociación Docente de Enseñanza Media y Superior (Ademys), Amanda Martín.
Del otro lado, la ministra Soledad Acuña aseguró tras el encuentro que "un joven sin experiencia que trabaja en una jornada completa estaría llegando a $ 31.850 en mano" de salario.
Además, expresó su convencimiento de que las clases comenzarán en fecha: "La reunión fue en términos muy cordiales como son todas nuestras reuniones, hemos planteado un cuarto intermedio de forma tal de poder seguir discutiendo en esta mesa salarial", añadió.
En tanto que Eduardo López, secretario general de UTE (Ctera), afirmó que no aceptarán el 12 por ciento bajo ningún punto de vista. “No hay razón que lo sustente. Lo comparás con el ABL no, con la luz tampoco, trenes y colectivos tampoco, intereses a los tomadores de deuda tampoco”, dijo a Página 12.
Además, señaló que los gremios están dispuestos a correrse del 24 por ciento sólo si se incluye la cláusula gatillo en la negociación. Antes explicó por qué negocian a partir de ese número: “¿Este año cuánto aumentaron el ABL? Un 24, bueno, es lo que tenemos que pedir, un 24”.
“Si es con cláusula gatillo podemos verlo, podemos bajar el 24 un poco. Ahora si es sin cláusula gatillo... La prueba más fehaciente de que van a volver a bajar los salarios es que no quieren cláusula gatillo. Porque la cláusula gatillo no te garantiza un aumento salarial, sino no perder respecto de la inflación. Es obvio por qué no quieren dar esta cláusula, porque la inflación va a ser mayor al aumento salarial”, agregó.
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