El litio, la nafta del futuro, abre un horizonte de negocios para el NOA
24-11-2016 | Noa-nea
 De salares ubicados en Jujuy, en Salta y en Catamarca se extrae este metal que puede utilizarse como combustible para las baterías de los autos eléctricos.

 La nueva gasolina. El mineral del futuro. El petróleo blanco. Son algunos de los nombres que, en las últimas tres décadas, supo ganarse el litio, el elemento sólido más liviano existente que tiene cualidades únicas para la fabricación de baterías gracias a su bajo peso, a su capacidad para retener energía y a su velocidad para la recarga.

La Argentina integra el denominado triángulo del litio, una zona geográfica que abarca el norte argentino, el norte de Chile y el sur de Bolivia, en donde existe el 65% de las reservas mundiales de este mineral que, en su estado más puro, es un metal blando de color blanco plata. Sólo la Argentina cuenta con casi el 10% del total de las reservas mundiales.

Contra lo que podría suponerse, el litio no se extrae en el país de las rocas, mediante la explotación de las minas convencionales, como ocurrió en el pasado, sino de los salares localizados en Jujuy, en Salta y en Catamarca.

Mediante un proceso de evaporación de la salmuera rica en minerales, y gracias a la intensa radiación solar de la zona, se consigue aislar al litio bajo la forma de carbonato de litio, la materia prima que se utiliza para la fabricación de las baterías de los teléfonos celulares, de las tablets, de los relojes, pero también en otras industrias como el vidrio y la cerámica, las grasas y la farmacéutica.

El litio comenzó a tener una fuerte demanda desde hace tres décadas, de la mano del walkman y de las baterías portátiles.
Se trata de un mercado que crece al 15% anual, y que si bien hoy es motorizado por las portátiles, su futuro inmediato depende de la evolución de la industria automotriz, donde el litio figura en el podio de los combustibles para los nuevos autos eléctricos. Pero no es el único. Hay algunos competidores, como el hidrógeno, que podrían sacarle terreno, por lo que del precio futuro de este mineral dependerá la dinámica de la demanda mundial. Y, en un futuro más lejano, la mirada del litio está puesta como insumo de la industria nuclear.

A modos de ejemplo, el fabricante estadounidense de autos Tesla anunció que su planta de Neda requerirá de una demanda anual de 35.000 toneladas de litio para producir en una capacidad de hasta 500.000 autos anuales en un plazo de cinco años. Eso es casi el 90% de todo lo que produce la Argentina en la actualidad.
Esta incertidumbre sobre la demanda provoca que los entendidos no puedan cuantificar las necesidades potenciales de litio en el mundo, pero hay proyecciones lineales conservadoras, unas 350.000 toneladas anuales hacia 2020, que merecen atención del Gobierno argentino y de las provincias.

Los autos que vienen

La tonelada de litio ronda hoy los U$S 6.000, donde la Argentina logra colocar en el mercado internacional alrededor de U$S 300 millones, indicó a Télam el secretario de Minería, Daniel Melián.
Algunos jugadores en la demanda final, como en el caso de la automotriz japonesa Toyota, se animaron a meterse en el proceso de explotación del litio, y en el caso particular con la Argentina participan desde el 2012 en la sociedad Sales de Jujuy, que desde hace dos años explota litio ubicado en el salar de Olaroz, junto con la empresa de Jujuy Energía y Minería Sociedad del Estado (Jemse).

El futuro de la minería y en particular del litio estará dado también por las condiciones locales que permitan competitividad. Más allá de las condiciones macroeconómicas, según Melián, la competitividad sectorial vendrá de la mano de un acuerdo federal minero, que el Gobierno nacional y las provincias acordaron, recientemente, consensuar para antes de fin de año. "Impulsar proyectos de inversión, cuya vida útil no es menor a 30 años, requiere de medidas impositivas y regulatorias estables por una gran cantidad de años", conluyó Melián.