El Xeneize llegó a la penúltima fecha con la certeza de no depender de nadie para sumar un nuevo título a sus vitrinas: si ganaba, era campeón. Sin embargo, también tenía a su favor la posibilidad de consagrarse sin jugar.
Tras el 1-0 de San Lorenzo sobre el Taladro, que era el único equipo con chances matemáticas de alcanzarlo, Boca se convirtió, automáticamente, en el campeón del Campeonato de Primera División por la ventaja de cinco puntos que mantiene por sobre el equipo del Sur.