"Si seguimos con la polarizaciĆ³n, no se van a solucionar los problemas"
07-08-2017 | Politica
 "Una gestión que lleva diez años necesita que alguien la controle", dice la candidata de Martín Lousteau.

 Débora Pérez Volpin llega al final de una jornada de campaña sin perder la sonrisa. Vivió en Caballito toda su vida y no piensa mudarse a pesar de los insistentes pedidos de su pareja, el también periodista Enrique Sacco. "Si el único objetivo es ganarle a Cristina en la provincia de Buenos Aires no creo que estemos mejor seis meses después de las elecciones", analiza sobre la estrategia del macrismo a nivel nacional. "Una gestión que tiene diez años necesita alguien que controle sus gastos necesita alguien que de visibilidad las cosas que no están bien", asegura sobre la el gobierno que encabeza Horacio Rodríguez Larreta.

-¿Cómo es hacer campaña en un distrito donde el oficialismo tiene una aceptación tan alta del electorado?

-Visitamos todos los barrios de la ciudad y escuchamos las necesidades de los vecinos. Si bien el oficialismo tiene aceptación también hay un grado de disconformidad importante. Nosotros planteamos reorientar prioridades en sectores que lo necesitan.

La Ciudad es desigual, hay grandes diferencias entre el norte-centro y el sur. Aún en la zona norte, donde el oficialismo tiene mayor aceptación, hay dos preocupaciones que son transversales: lo económico y la inseguridad. En la zona norte, que es donde se ven más los cambios de la gestión actual, hay problemas de iluminación y la gente expresa su disconformidad en relación a los impuestos que paga.

-¿Y la inseguridad?

-Atraviesa todos los barrios, hay lugares extremadamente vulnerables y otros en donde la "sensación de inseguridad" es menor pero todos han sufrido robos o los sufrió alguien de su entorno. Por eso es importante trabajar el nuevo rol de la Policía de la Ciudad.

El Metrobús es útil, pero se hizo a expensas de abandonar la promesa de construir 10 kilómetros de Subte por año. La línea F quedó en la nada y construyeron apenas 11 kilómetros de Subte en diez años.
-¿Qué destaca de la gestión del PRO?

-Nosotros proponemos una crítica constructiva, construir sobre lo construido. Nuestro lema es "por una ciudad de iguales y una ciudad moderna". El sistema de Metrobús es muy útil, una buena solución para el tránsito, pero no es la única. Fue en detrimento de la red de subtes, de la línea F que se trazó pero no se construyó. De los 10 kilómetros de subte por año el PRO hizo 11 kilómetros en diez años de gestión. Todo el mundo se queja del tránsito en la Ciudad. Pero la solución no va a llegar con un negocio con dos compañías ticketeadoras que pongan parquímetros en los barrios. La Plata o Tigre tienen estacionamiento a través de una aplicación y eso nos parece más lógico barato y útil. A veces, incluso hay buenas intenciones y malos resultados.

-¿Investigó a los concesionarios del estacionamiento medido?

-Creo que gastar millones para que dos personas se ocupen del tema y no tener ninguna mejora en el tránsito y que se vuelva solamente una política recaudatoria, no soluciona nada. Vecinos de la Boca nos comentaban que el barrio se había llenado de grúas. No hubo soluciones para la inseguridad, pero tienen grúas: eso es porque están cerca de la playa de acarreo. Como las empresas cobran por auto remolcado, se convierte en una cacería. La gente de La Boca tiene otros problemas que son de abandono.

-¿Cómo cuáles?

-El conventillo incendiado en La Boca es un buen resumen. Hay una mujer, víctima de violencia de género, que está completamente desprotegida. El conventillo se incendió porque tiene las paredes de madera, igual que hace 200 años. Pero son cosas que están invisibilizadas, por eso proponemos reorientar el presupuesto a los sectores que lo necesitan.

-¿Piensa que a los porteños les interesa la Educación y la Salud pública?

-Porteños somos todos. El porteño no es el que está cómodo o tiene una mirada insensible, no es lo que noto en el contacto con la gente. Una gestión que tiene diez años necesita alguien que controle sus gastos, necesita alguien que de visibilidad las cosas que no están bien. Ese es nuestro objetivo, ni tan pretencioso ni tan ajeno a lo que pasa.

La desigualdad en la Ciudad quedó en evidencia en las últimas pruebas Aprender y PISA, que dejaron en evidencia las diferencias entre la zona sur y la zona norte en educación.
-Siendo más esquemáticos, ¿para qué zona de la Ciudad diría que gobierna el PRO? ¿zona sur, centro o norte?

-Hay lugares en la zona sur o mismo en Juan B. Justo en donde se inundaba y me acuerdo de haber cubierto cuando pasaban las lanchas... Hubo un progreso, pero al mismo tiempo hay una política tributaria de recaudación que la gente rechaza. Pasaron los tarifazos, tenés presupuesto, tomaste deuda, tenés que pagar el interés de la deuda. Larreta tiene dos veces y medio el presupuesto que tuvieron De la Rúa y Telerman, ¿eso está reflejado en el presupuesto? ¿está distribuído? Yo no puedo decir si gobernó para un sector u otro porque hubo obras que la gente valora en muchas zonas.

-¿En qué ve una distribución desigual?

-Vos contribuís a la desigualdad cuando no te ocupás de la educación pública y tenés la pruebas aprender y PISA que te marcan una desigualdad. En las últimas PISA fue donde más se reflejó el impacto del nivel socioeconómico en el aprendizaje de los chicos. Se ve claramente lo que pasa en la zona sur y la zona norte y la educación pública y privada. El presupuesto y los impuestos son para todos. Tenemos que emparejar la calidad del servicio que brinda el Estado a cualquier ciudadano que paga sus impuestos.


-En 2013 y 2015 Lousteau fue opositor a Larreta, luego fue embajador de Cambiemos y ahora se presenta a elecciones contra el oficialismo...

-Hay preguntas que son más para Lousteau que para mi, que no fui ni de Cambiemos ni del PRO y que debuto y soy nuevita en esto (risas). Somos una propuesta nueva, con nuevas voces y con gente que trabaja ¡mucho! Lousteau tiene un proyecto para la Ciudad y lo expresó en la elección anterior. Las condiciones de las alianzas políticas cambiaron, en estas elecciones nadie se llama como era... la gente tiene que confiar en las personas que llevan adelante las ideas. Lousteau formó parte de Cambiemos, el gobierno le ofreció la embajada de Estados Unidos y a él le pareció un buen lugar para ayudar. Pero siempre dejó en claro que iba a volver para trabajar por la Ciudad y es exactamente lo que hizo. Luego lo dejaron afuera de la interna. Hay cierto espacio de comodidad en la alianza de Carrió y Larreta.

-¿Cómo ve a la Ciudad, mejor o peor que durante la gestión de Macri?

-Hay una necesidad de que al gobierno de Macri le vaya bien, como a todos los gobiernos nacionales. Si seguimos planteando la polarización no se solucionan los problemas reales. Si el único objetivo es ganarle a Cristina en la provincia de Buenos Aires no creo que estemos mejor seis meses después de las elecciones. En la Ciudad faltan un montón de cosas y es el distrito más rico, ni hablar de lo que pasa el resto del país. La línea de campaña es hablar de la corrupción, se concentran en la lucha contra el narcotráfico y en las promesas económicas... lluvia de inversiones, segundo semestre, brotes verdes. Ahora es que "falta pero vamos a estar mejor", mientras seguimos esperando que se reactive, con la esperanza de que pase, pero con una economía devaluada y deteriorada para todas las familias. Proponemos desde un lugar pequeño hacer crecer un espacio para que en la Legislatura de la Ciudad no haya una mayoría que ejecute solamente un plan de Rodríguez Larreta.

El gobierno de Larreta gastó cientos de millones en construir un Centro de Convenciones y se va a concesionar con un canon que exige 380 años para amortizar el gasto.
-¿Está a favor o en contra la venta de terrenos públicos?

-Depende de cada caso. La venta de los terrenos públicos muchas veces tiene como fin el derroche de dinero. Vuelvo a hablar de las prioridades. El gobierno gastó cientos de millones de pesos en un Centro de Convenciones que se va a concesionar: con el canon que se va a cobrar van a ser necesarios 380 años para amortizarlo. Es inmoral que en la Ciudad haya un 25 por ciento de la población con problemas de vivienda y estés haciendo una Villa Olímpica donde algún día las habitaciones de los deportistas van a ser viviendas sociales. Ahora hay que hacer eso.

-¿Adhiere a las iniciativas que impulsa el gobierno para que los vecinos voten distintos proyectos en los barrios?

-El gobierno gasta 4 millones de pesos por día en publicidad, está bien comunicar gestión, pero no me invites a votar por la milanesa, decime quién es el comunero de mi barrio, decime en dónde puedo encontrarlo. El Buenos Aires Participa saltea el sistema de comuneros. Cuando le preguntan directamente a la gente por sus prioridades, la gente votó por subtes. Si la mitad de la gente tiene mascotas y es una prioridad, no gastes plata en tachitos amarillos para los restaurantes. Hacé un lugar para que atiendan a las mascotas si no tengo dinero para pagarle a un veterinario.


-¿Contra quién compite Evolución? ¿contra el peronismo o contra el macrismo?

-Tenemos la pretensión de simplemente hacer crecer este espacio. Construir el espacio tiene que ver con el nombre. Mantenerse en equilibrio y que la gente te elija tiene que ver con la honestidad que le ponés a las cosas que hacés. Pretendo trasladar eso a este espacio y darle oportunidades a otras voces y a otras ideas. Y pedirle a este gobierno que no se encierre, tener una gestión de diez años y no escuchar no sirve. Derrochar dinero en grandes obras de infraestructura que no mejoran la calidad de vida del vecino no sirve. A veces veo buenas intenciones y malos resultados. La Salud pública es un ejemplo de eso.

-¿Por qué?

-Porque las prioridades están en otro lado.

No estoy de acuerdo con el periodismo militante, uno puede mantener el equilibrio y ser fiel a sus convicciones. Se nota mucho cuando no se separa periodismo de militancia.
-Se acercó a la política en su juventud, desde el radicalismo...

-Tuvo que ver con un aprendizaje y con un contexto. Con el florecimiento de la democracia, fueron años de mucha efervescencia. Tanto en el secundario como en la universidad la mirada política de lo que pasaba era la de involucrarse. El periodismo me fue llevando a otros lugares y preocupaciones, de hecho nunca hice periodismo político, las notas que hice siempre estuvieron relacionadas a lo social que siempre fue mi mayor preocupación. Como en todos los rubros hay políticos buenos y malos. Vengo a aportar fuerza de trabajo y a involucrarme con la gente, cuando te hablan y te agarran de la mano siento un compromiso enorme. Es difícil encontrar un político que no haya sufrido momentos de frustración o de desprestigio. La comodidad del no involucrarse no cambia las cosas.

-¿Cómo cambió la formación de los periodistas desde que comenzó su carrera?

-Hay un momento de recambio generacional al que me fui adaptando, pero creo que en la época de la posverdad, las redes sociales contribuyen a desprestigiar la tarea del periodista. Hay mucho compromiso personal en la formación. Todos estamos más expuestos, se trabaja de un modo más rápido, las noticias son más efímeras y la velocidad de las redes sociales y de Internet impiden profundizar el trabajo.

-¿Existen periodistas independientes de la línea editorial de un medio?

-Uno puede mantener un equilibrio y tiene que ser fiel a sus convicciones. No estoy de acuerdo con el periodismo militante. Hay buenos y malos periodistas, muchos son influenciables y condicionan lo que van a decir a la pauta que tienen.

-¿Se puede separar el periodismo de la militancia?

-Sí, se puede. Y se nota mucho cuando no se lo separa.