El hallazgo ocurrió anoche, alrededor de las 22, cuando el empleado de limpieza de la Ciudad de Buenos Aires realizaba sus tareas en la calle Paraná al 900, en Recoleta, y durante su recorrido se topó con una caja de cartón.
Según dijeron los voceros consultados, cuando el hombre levantó la tapa se sorprendió al ver que estaba cargada con gran cantidad de huesos limpios, secos y de un aspecto que a su entender podían ser compatibles con el de los seres humanos.
Por esta razón, el barrendero llamó rápidamente al servicio de alerta 911 y poco después llegaron al lugar efectivos de la comisaría 17ma., con jurisdicción en la zona, y peritos de la Policía Científica.
Los expertos constataron que, en principio, se trataba de huesos humanos de más de 20 años de antigüedad y que pertenecerían a una mujer.
De todas formas, los peritos remitieron los restos a la morgue judicial porteña con la intención de determinar si corresponden a una sola persona.
Si bien no se descarta ninguna hipótesis, incluso la de un homicida que luego del crimen se haya deshecho de los huesos de su víctima, un jefe policial aseguró que no es poco habitual que estudiantes de medicina los adquieran durante la carrera y que los tiren una vez que se reciben o abandonan la facultad