Ora victoria copera para ilusionarse. Otro partido que se resuelve en su favor, aunque por varios momentos el desarrollo del mismo se complicó en demasía. Otra vez Racing mostrando su contundencia a partir de sus letales delanteros. Otra vez la Academia y el festejo, esta vez por 4-1 ante Guaraní en su segundo partido en la Copa Libertadores .
La explicación de la goleada se encuentra en esa dupla ofensiva que suma y suma. En especial, Gustavo Bou : lleva 16 goles en 20 partidos en Racing. Es su segundo hat-trick consecutivo en la Libertadores, con seis goles en apenas dos partidos. Diego Milito aporta lo suyo: lleva ocho tantos en 21 partidos desde su vuelta. Desde que debutó en el club, son 45 goles en 169 partidos. Cifras que enmarcan este muy buen presente del equipo de Diego Cocca . Lo que quedó claro es que en el primer tiempo, el festival vivido en Venezuela la semana pasada, con la goleada a Táchira por 5-0, resultó algo parecido a un espejismo. El empuje de la gente no fue suficiente para que el equipo de Diego Cocca se lleve por delante al rival. La Copa Libertadores es complicada, tanto como resultó por pasajes el partido ante los paraguayos. Guaraní no salió a buscar la victoria, por supuesto; pero tampoco se plantó en zona defensiva en exceso. En el primer tiempo, incluso tuvo algunas ocasiones para desnivelar la balanza ante un Racing que mostraba ciertas dudas defensivas. Por ejemplo, un tiro de Benítez a los 29 minutos que dio en el palo.
El gol del equipo argentino resultó un perfecto ejemplo del desarrollo del primer tiempo. Racing se puso en ventaja de contragolpe cuando moría el primer tiempo. Guaraní atacaba, perdió la pelota y la Academia armó una réplica con el entendimiento perfecto del tándem Bou-Milito. Diego arrancó la jugada en la mitad de la cancha, y Gustavo lanzó un remate desde la puerta del área que se metió en el arco de Aguilar, con cierta complicidad del arquero al no poder contener el remate.
Ese gol calmó el ánimo de un conjunto que por momentos mostró cierto nerviosismo. Pero en el comienzo del segundo tiempo la noche regaló otro golpe con efecto tranqulizador. Un largo pase de Lollo (otra vez demostró su buena pegada para habilitar compañeros desde distancias lejanas), encontró bien ubicado por la izquierda a Camacho (de muy buen partido), quien habilitó a Milito para que empuje la pelota a la red para ampliar la diferencia.
Así, sin hacer demasiado, Racing se encontraba en ventaja por 2-0 cuando prácticamente quedaba un tiempo por jugar.
Bou a veces pifia... desperdició una clara oportunidad mano a mano con el arquero. Y del posible 3-0 se pasó a un preocupante 2-1. Porque en una muy buena jugada colectiva, Santander , un ex Racing, descontó para Guaraní a los 19m de la etapa final. Y cuando los paraguayos más apuraban, otra vez de contragolpe llegó el tercero, con la fórmula del desborde de Fernández y el toque a la red de Bou. Y, casi un calco, así fue el cuarto.
Se trató de una victoria con fiesta para la multitud que copó el Cilindro, en una noche de reencuentro copera. La última vez que Racing había jugado de local en el torneo fue el en mayo de 2003, cuando llegó hasta los octavos de final y perdió ante América de Cali por penales. Tras casi doce años, la Libertadores volvió a escribir un capítulo en Avellaneda.
Los hinchas académicos recibieron este regreso con la cancha llena y los brazos abiertos a la victoria tan deseada. Y se ilusionan con el goleador que también se puso de moda en la Copa.