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Moverse todo el tiempo, morderse las uñas, apretar el maxilar o estar irritable son algunas de las señales más claras de un perfil: una persona ansiosa. Tiene su cuerpo rígido, contracturado, cree que tomando café o fumando se calma y está siempre pensando en lo que viene.
¿Qué es la ansiedad? La licenciada en Psicología Analía Emmerich manifestó en “Me Levanté Cruzado”, el programa que conduce Martín Strilinsky, que “es una emoción que refleja preocupación e impaciencia. El tema es cuando la ansiedad es excesiva e interviene en tu vida laboral, afectiva, cuando te empezás a sentir mal”.
Según la especialista, se la conoce como una emoción del exceso del futuro. El sujeto se sale del presente y no puede dejar de anticiparse a posibilidades de lo que vendrá, muchas reales y muchas imaginarias: “¿Y si vuelve el corralito, si te quedás afónico en la mitad del programa?”, graficó, y explicó: “Es la pregunta ansiosa que se anticipa a lo fatídico, a ver la cuestión mas pesimista. Se selecciona una parte de la información, algo parcial que te da interpretaciones equívocas”.
En ese sentido, este mecanismo tiene una tendencia a sesgar la realidad y poner el acento en magnificar las consecuencias negativas de un hecho, estado o situación, al tiempo que minimiza las positivas. Pero, ¿Qué nos genera? Trastornos de ansiedad frecuentes, fobia específica, fobia social, agorafobia, ataques de pánico, trastornos de ansiedad generalizada, toc, sólo por mencionar algunos síntomas. “Hay un recorte de la realidad. Se centra en cuestiones muy puntuales, ´¿qué pasa si se cae el avión?´, no me puedo bajar en la esquina”, ejemplificó la psicóloga.
Ahora bien, ¿La ansiedad genera estrés? “Por supuesto, hay una idea, una ilusión de que se puede controlar todo. El ansioso quiere controlar todo y no todo es controlable, entonces te genera un estrés”, explicó. En ese aspecto, recomendó que una buena pregunta que podemos hacernos para manejar la ansiedad es “¿Qué podemos controlar y qué no?”.
Claro, es que esa ansiedad incontrolable conlleva trastornos, por ejemplo en el sueño. La ansiedad se ve reflejada en síntomas físicos, psíquicos, inquietud, desconcentración y verborragia. “La persona ansiosa duerme mal, se despierta de noche. El ansioso en el exceso es el que nunca para, está un pasito adelante. Cuando llega algo, le surge una nueva cosa”.
Por último, la profesional indicó una serie de alternativas para bajar esa ansiedad y vivir más tranquilos: “Una psicoterapia te va a ayudar a ver lo que te pasa y a buscar las causas. Ojo con los psicofármacos, los ansiolíticos, tomar café, fumar, el alcohol y el mal descanso. El deporte es un gran aliado para controlar la ansiedad. Es genial para las contracturas, tener mejores planes, más ideas creativas”, dijo. Por último recomendó también emplear técnicas para controlar la respiración.
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