on 49 votos sobre 60, la Legislatura aprobó por amplia mayoría el nuevo Código Electoral de la Ciudad, que entre otras disposiciones le permitirá al Jefe de Gobierno elegir la fecha de las elecciones, incluso unificándola con las nacionales. La principal oposición la tuvo de sus aliados del radicalismo, que responden a Martín Lousteau y que buscaban que la elección fuera separada de la nacional. Tampoco acompañaron los bloques de izquierda (PTS-FIT, PO-FIT y AyL).
Entre los cambios se destacan los siguientes:
- La potestad del jefe de Gobierno para elegir la fecha en la que se van a realizar los comicios para autoridades locales, que por primera vez podrá estar unificadas con las nacionales. Cabe recordar que hasta ahora, por ley, debían ser separadas.
- La paridad de género en las listas de todos los partidos que compitan en el proceso, no sólo en las PASO, sino también en las Generales. De esta manera, los espacios políticos tendrán que presentar candidatos hombres y mujeres en igual proporción y luego de las primarias, más allá del sistema D`Hont, deberá reorganizar las boletas para que siga habiendo un postulante de cada sexo de manera intercalada.
- Los ciudadanos extranjeros de más de 16 años estarán habilitados para votar, siempre y cuando sean residentes permanentes (en los términos de la legislación de migraciones) y que tengan documento nacional de identidad de extranjero con domicilio en la Ciudad.
- El financiamiento de los partidos políticos seguirá dependiendo de las partidas que entrega el Estado a partir de los resultados que cada fuerza tuvo en los comicios anteriores y las donaciones de las personas físicas. El oficialismo había impulsado la idea de que las empresas también pudieran aportar, pero este artículo se cayó por la presión de la oposición e intentará ser tratado en una ley aparte.
- Habrá debate obligatorio y público para todos los candidatos a jefe de Gobierno, cabeza de lista de legisladores y miembros de Junta Comunal. A su vez el texto sostiene que en el caso de ausencia de algunas de las partes, el debate se realizará igual, dejando un lugar vacío visible con el nombre del ausente y su agrupación política. Uno de los importantes cambios que tendrá la medida, es que el candidato que no participe del mismo será multado.
- El llamado a elecciones deberá ser con 185 días de anticipación y no con 90, como sucedía hasta ahora.
- La creación de un Instituto de Gestión Electoral que tendrá una gran cantidad de atribuciones, entre las cuales están la de organizar las escuelas en las que se van a votar y repartir a los partidos políticos el dinero del Estado. El director de este organismo será propuesto por el Ejecutivo porteño y tendrá que contar con la aprobación de dos tercios de los diputados en la Legislatura.
- También empezará a funcionar un Tribunal Electoral permanente, encargado de resolver todos los conflictos que pudieran surgir de los comicios e integrado por tres jueces: uno seleccionado por el Consejo de la Magistratura de la Ciudad de Buenos Aires, y los titulares del Juzgado de Primera Instancia en lo Contencioso Administrativo y en lo Penal de la Ciudad.
Si bien el proyecto original presentado proponía como nueva forma de votación la boleta única electrónica (ya utilizada en las elecciones locales de 2015), finalmente se consensuó volver a la boleta única en papel. Sin embargo, el texto deja abierta la posibilidad a que en el futuro se analicen nuevas tecnologías, lo que podría habilitar el regreso del cuestionado voto electrónico, pese a que la amplia mayoría de los departamentos de informática de las universidades y de los especialistas –e incluso el Conicet- habían desaconsejado su uso.
Algunos aspectos de la medida comenzarán a aplicarse durante 2019 -como es el caso de la paridad de género y la posibilidad de unificar o desdoblar las elecciones- mientras que a partir del 2021 comenzará a regir la norma por completo.