Hola a todos
No quiero que los gatos orinen las plantas y me las maten, Google, ¿qué debo hacer? Regala los gatos. Vamos Google no seas así. Bueno, tirá un poco de vinagre en la zona. ¿Y eso va a evitar los orines? No sé, si no te comés el pasto en la ensalada… ¿Estás gracioso hoy, Google? Jijiji, un poco. Dale, loco. Sí, vinagre o limón o especias fuertes, a los gatos no les gusta que en su zona de baño haya olores extraños. Bueno, Google, gracias. De nada, cualquier cosa estoy por aquí. No te vayas con el puto GPT, sigamos charlando cualquier cosa que necesites. No sé, veremos, GPT no me hace chistes malos. Ah bueno, señor sin humor…
Cochecito vacío
El otro día vi a una mujer caminando por la calle que llevaba un cochecito de bebé vacío y hablaba en voz alta, seguramente con auriculares, con otra persona, en una llamada, pero daba la impresión de que se dirigía al no-nene y me pareció que la escena encarnaba una situación arquetípica: se habla a alguien que no está, cuya ausencia uno va llevando como para tener a quien decirle las cosas. Otra forma de verlo sería la del nido vacío, madre que aunque la criatura ya no esté presente -seguramente porque creció y está en la escuela o haciendo alguna otra cosa, evitemos pensamientos trágicos-, sigue hablándole como si estuviera. Comprensible, claro, difícil eliminar esa costumbre, terminar de desalojar a un ser querido que está en otro lado y no hablarle más. Hay personas que siguen dialogando incluso con sus muertos, como forma de mantenerlos vivos de alguna manera, supongo, tal vez no necesariamente en voz alta. Y debe haber, de manera más indefinida e imperceptible, una presencia de los ausentes que les sigue dando realidad aunque la cosa no pase por las palabras. Muy bien, diría mi analista, ¿y entonces? Es decir, ¿qué sacamos de ahí, cómo sigue la asociación? Bueno, como ven yo hablo con mi analista aunque yo esté solito (snif) en mi cuarto escribiendo, uno tiene sus interlocutores introyectados, como si fueran las apps de la personalidad propia, sus otros recurso, sus otros auxiliares, digamos. ¿Y entonces? No sé, qué sé yo, decía nomás. Muy bien, dejamos por aquí. (No hace falta siempre concluir algo o cerrar la idea, a veces para que eso pase hay que esperar, y es bueno saberlo para poder dejar hilos sueltos, flecos de pensamiento, que permiten las elaboraciones que traen luego resultados).
Positividad Inteligente
Hoy empieza el curso así llamado, de tres clases, en el que voy a demostrar (si, a demostrar, qué pasa) que la inteligencia no pasa por la serie objeción, sospecha, crítica, negatividad, desencanto, pesimismo (con la cual suele asociársela) sino por sus opuestos confianza, entusiasmo, afirmación, querer, optimismo y acción. La positividad suele parecer liviana y frívola, superficial, pero es lo contrario. Tal vez usa menos palabras y menos planteos arduos, pero nos entrega un mundo real de acción en el que nuestro querer (también llamado deseo) es convocado a hacer lo suyo. La negatividad tiene que ver con una mirada que hace aparecer el valor como juicio explícito, la positividad es valor puesto en hechos, amor por la realidad e inmersión en la vida misma. Hay muchas cosas por decir para lograr el objetivo del curso: quitarle el prestigio a la realidad sombría de una falsa inteligencia y poner en su lugar una visión que abre puertas en lo posible. Visiones que tienen efectos concretos en las vidas particulares nuestras. Cuando conocí la psicología positiva (campo de trabajo experimental relativamente reciente, sobre el que vamos a trabajar en el curso) confirmé muchas de las cosas que venía planteando en torno a la idea de entusiasmo y aledañas. Son tres clases para ayudar a cambiar nuestra posición existencial insatisfecha y para poder más. A mi juicio una experiencia muy recomendable…
• Info completa del curso: aquí
• Empieza el día miércoles 6 de diciembre, a las 7:30 PM hora argentina, y dura 3 semanas. Es ONLINE
El curso cuesta 30.000 pesos desde Argentina
• Para pagar la inscripción mediante MercadoPago ir aquí.
• Para pagar vía transferencia bancaria usar el alias arco.firma.fogata
y 75 U$ desde el exterior.
• Para pagar desde el exterior vía Wester Union aquí los datos
• Para pagar desde el exterior vía PayPal aquí los datos
• Recuerden que también se puede pagar en dos veces.
Succesion
Cuando le pregunté a mi amigo Juan Z. qué serie estaba viendo me dijo “Succesion”. ¿La viste?, me preguntó. La empecé y la tuve que dejar, me produjo rechazo ese mundo de relaciones frías, competencia exacerbada invadiéndolo todo, sordidez de intereses jugados al extremo. ¿Si, rechazo? Jaja. Resulta que volví a intentar verla y ahora estoy atrapado sin salida por una de las mejores series que vi. Sigo sintiendo lo mismo respecto de los personajes y sus historias, pero estoy capturado por tal sordidez y me deleito con la observación de esas vidas miserables. Son archi recontra mega millonarios pero no valen nada, todas vidas imposibles, sujetos falsos y malas personas, es una genialidad. Tal vez porque al ver semejante despliegue de ignominia uno se siente bueno, porque se siente a salvo en su realidad de amores y trabajos, de gatos que mean las plantas y visitas al chino (al supermercado, no al acupunturista –a mí nunca me sirvió la acupuntura pero no tengo problema con que otros vayan-). También pasa con algunas series que están tan bien hechas, tan bien escritas, actuadas, pensadas, filmadas, que uno no puede menos que rendirse. Voy por la temporada dos, no me spoileen plis. ¿La vieron? Está en HBO.
Bueno, llueve como a mí me gusta, está nublado y romántico, color apaciguado y poético, hojas y charcos, mundo a disfrutar.
¡Nos vemos!
Saludos
Alejandro
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