Salvo la candidata a Presidenta del Frente de Izquierda de los Trabajadores (FIT), Miryam Bregman, inofensiva desde el punto de vista electoral, el resto de los partidos políticos o competidores directos en los comicios que ganó Javier Milei, terminaron dialogando con La Libertad Avanza (LLA) tras ser derrotados en las urnas. Cada uno logró que dirigentes que militaban en esos espacios sean parte del nuevo Gabinete que asumirá hoy.

Milei conformó así, por estrategia o por dinámica propia de los acontecimientos, un Gobierno que contiene expresiones de orígenes diversos y, en principio, que fueron antagónicas en la pelea por el poder.

El PRO que postuló a Patricia Bullrich; Unión por la Patria que candidateó a Sergio Massa y Hacemos por Nuestro País, liderado por Juan Schiaretti, incorporaron cuadros, con espesor y cargos variables, en el diseño de la nueva administración del Estado.

Se trata de una singularidad, una más, de proceso eleccionario particular y único en la historia de la democracia reciente, debido a que quien asumirá hoy como Presidente de la Nación, Javier Milei, proviene de un partido político nuevo. Él mismo fue solo dos veces a elecciones. En el 2021 ganó una banca como diputado nacional. Y en las generales del 2023 se alzó con la Presidencia.

Dos días después de las elecciones generales, la presidente del PRO, Patricia Bullrich, le propuso a Mauricio Macri mantener una reunión con Milei para brindarle su apoyo en la segunda vuelta contra el candidato oficialista Sergio Massa. El "acuerdo", que no incluyó tratativas concretas como oferta de cargos para macristas, fue el principio de un proceso de apertura del libertario que se profundizó tras su victoria en las urnas.

Ya como Presidente electo, Milei permitió que se abriera el diálogo de sus operadores con los peronistas que lidera Juan Schiaretti; ahondó aún más los largos diálogos con el PRO y también con quienes formaron parte de la gestión peronista que traspasará hoy los atributos de mando al líder de La Libertad Avanza (LLA).

Quien jurará en pocas horas más como ministro del Interior, Guillermo Francos, se encargó de tender puentes con todo el arco político que peleó el poder a Milei, excluyendo a la izquierda.

El nuevo Gabinete incluirá, gracias a esas gestiones, al ex ministro de Economía de Córdoba, Osvaldo Giordano, como titular de la ANSES, un organismo fundamental que controla una parte importante del presupuesto nacional.

La secretaria de Transporte será ocupada por otro peronista “cordobecista”, Franco Mogetta.

El titular del Banco Nación es también un cordobés que fue en gestión de Schiaretti titular de la banca provincial, Daniel Tillard.

La nueva ministra de Relaciones Exteriores, la también economista Diana Mondino, es cordobesa y tiene vínculos con Tillard.

¿Estas incorporaciones son parte de “acuerdos” entre Milei y quienes fueron sus competidores electorales?

Schiaretti lo dejó en claro: “No tenemos una alianza”, declaró a los medios.

Su esposa, Laura Vigo, es parte de un grupo de tres senadores nacionales, junto al entrerriano Edgardo Kueider y el correntino Mauricio “Camau” Espínola, que decidieron no apoyar el intento de Cristina Kirchner de imponer a un legislador K en la línea de sucesión presidencial ocupando, con la prepotencia de los votos en el Senado que finalmente no tuvo, la estratégica presidencia provisional de ese cuerpo.

Kueider, Espínola y Vigo habían mantenido reuniones con Francos y también con quien será la titular del Senado, la nueva vicepresidenta, Victoria Villarruel.

Las incorporaciones al Gabinete de Milei que más atención se llevaron de los medios y la opinión pública informada fueron las de Patricia Bullrich en Seguridad y la de su ex compañero de fórmula, el radical Luis Petri, nuevo titular del ministerio de Defensa.

Milei está muy agradecido a ellos por el gesto de apertura y apoyo que le prestaron tras ser derrotados en las elecciones.

Macri habría pensado que tendría mayor injerencia en el armado del diseño del nuevo poder, cosa que finalmente no habría ocurrido tal como él lo imaginó.

Bullrich se jugó de forma personal con el libertario, pese a enfrentarse por ese estilo al propio Macri. Incluso, para evitar más costos con el PRO, partido del que es presidenta, comunicó que llamaría a elecciones internas en febrero.

Bullrich había declarado que prefería no volver a Seguridad tras ocupar ese puesto durante los cuatro años del Gobierno de Cambiemos.

Pero ella misma habría hablado después con Milei para explicarse: no tenía por qué pedirle un cargo específico. Y aceptó entonces volver a un puesto que será clave si crece la conflictividad social, más allá de la problemática irresuelta de la inseguridad y el narcotráfico.

Petri manejará otro ministerio con rol que parece secundario pero no lo es. La política de Defensa será central en el nuevo esquema de la geopolítica en el que quiere Milei que se instale la Argentina.

El PRO, mientras tanto, se mantiene en estado de “asamblea permanente” frente a un Gobierno que no considera propio, tal como lo habría pensado Macri.

El tiempo dirá.

Milei demostró, al menos en el dinamismo demencial de los últimos días como Presidente electo, un nuevo estilo de mando para ejercer el poder. Al menos en ese lapso. Ya en la diaria de la gestión, todo puede modificarse.

Es pragmático. En una reunión con el presidente saliente, Alberto Fernández, se declaró “peronista” y profundizó: “Soy menemista”, en alusión a la que considera fue la mejor Presidencia desde 1983 a la actualidad. La de Carlos Menem.

Siempre mantuvo el diálogo con el ideólogo de la convertibilidad, Domingo Cavallo, que lo conoce desde los tiempos en que Milei trabajó como economista para el entonces gobernador bonaerense, Daniel Scioli.

El libertario incorporó a sus equipos y al Gabinete ex funcionarios de Menem, como el próximo Procurador del Tesoro, Rodolfo Barra, gran conocedor del Derecho a pesar de haber sido protagonista de controversias durante los 90. Los libertarios lograron imponer como presidente de la Cámara de Diputados a Martin Menem. No tiene experiencia en la Cámara baja pero pasó a presidirla. Fenómenos novedosos de tiempos nuevos en la política.

Milei hizo campaña repitiendo ejes centrales sobre su posible Gobierno. Antagonizó con lo que identificó como “la casta”, es decir, la clase dirigente que ocupa cargos públicos hace muchos años y logró privilegios por ello.

Pero la misma noche en la que fue electo Presidente dio un discurso en el que prometió que LLA iba a cumplir "a rajatabla con los compromisos que ha tomado".

Y después convocó a formar parte del “cambio” a toda la dirigencia que, siempre siguiendo las primarias de liberalismo, aceptara trabajar para ese objetivo común: "Todos aquellos que quieran sumarse a la nueva Argentina serán bienvenidos”, dijo con pragmatismo, y después agregó: “Es fundamental que todos los que abrazamos las ideas de la libertad trabajemos juntos a partir del 10 de diciembre”.

A pesar de ser un hombre “nuevo” en la política nacional, llegó a Presidente con un partido sin historia ni pasado, que se conformó sobre la marcha.

Milei termina ahora de diseñar su Gobierno no solo con la fórmula de Juntos por el Cambio incluida en el Gabinete, a la que sumó también a ex menemistas y también a dirigentes que responden, o respondían, al ex candidato Schiaretti.

Varios funcionarios del ex oficialismo de Unión por la Patria seguirán en la gestión pública.

Uno de ellos es el embajador en Brasil, Scioli, que aceptó continuar en el cargo no solo por afinidad con Milei, sino también por el desafío que le supone “amigar” al Presidente que asumirá hoy con su par de Brasil, Lula Da Silva, una relación que se dañó por críticas que Milei le había hecho a quien fue el gran rival de su verdadero amigo en la política brasileña, Jair Bolsonaro.

Scioli es amigo de uno y del otro. Junto a la canciller Mondino logró que Lula envíe a la asunción de Milei a su canciller, Mauro Vieira.

Milei ha demostrado que sabe cómo minimizar polémicas provocadas en la campaña electoral.

Una de ellas fue la propuesta de generar un mercado para la compra y venta de órganos.

Una de las autoridades en esa área que criticó esa propuesta fue durante la gestión K el titular del Instituto Nacional Central Único Coordinador de Ablación e Implante (INCUCAI), Carlos Soratti.

El mismo día en que la renuncia de Soratti se publicó en el Boletín Oficial, Milei le preguntó a sus asesores que consulten a Soratti para saber si tenía intenciones de seguir en ese cargo con total libertad de acción. Soratti dijo que sí. Será funcionario de LLA.

Algo similar pasó en la estratégica Subsecretaría de Comunicación. Un profesional del peronismo en esa función, Eduardo Roust, ex funcionario de la Presidencia de Néstor y Cristina Kirchner, vocero en su momento de Alberto Fernández, quien volvió a ocupar un cargo durante el último gobierno, también seguirá en funciones en la administración Milei.

Quien se encargó de transmitirle la novedad habría sido el estratega comunicacional de LLA, Santiago Caputo, ideólogo de la exitosa campaña del libertario.

Roust también aceptó.

El Presidente electo intentó que otro funcionario al que conoce de sus épocas de economista en el ámbito privado, el hoy titular de Aduanas, Guillermo Michel, también siguiera en algún puesto en el Ejecutivo. Michel se puso a disposición pero solo hasta que culmine la transición extendida de un Gobierno en formación.

Milei repite desde hace años en la intimidad que no es “anti peronista”. Es un rasgo esencial para entender al nuevo Gobierno. Macri fue quien más le insistió a Milei que no se deje tentar por las ofertas y negociaciones del PJ. No hizo caso.

El nuevo titular de Interior, Francos, dialogó con la mayoría de los gobernadores del peronismo.

Con alguno de ellos acordó que habría funcionarios que les respondían que podrían quedarse en el Gobierno. Es el caso de quien sería la titular de la Secretaría de Energía, Florencia Royón, ex secretaria de esa misma área durante la gobernación del mandatario de Salta, Gustavo Sáenz.

Royón había aceptado el nuevo cargo.

Aunque debido a un cambio en la organización del Gabinete, ahora duda porque debería responder al ministro de Economía, Luis Caputo, a quien no conoce. Nada está definido.

El nuevo gobierno sorprendió por su “pragmatismo”.

Otro funcionario del peronismo que seguirá trabajando para Milei fue uno de los asesores más cercanos del ex candidato a Presidente y ministro de Economía Sergio Massa. Se trata de Leonardo Madcur, quien será, por iniciativa del Presidente, el nuevo representante de la Argentina ante el FMI.

En este caso, también el pasado común une a uno y otro. Milei conoció a Madcur en la Universidad de Belgrano, tal como él mismo narra en su libro “El camino del Libertario”.

Años después, fue Madcur quien le propuso a Milei sumarse al equipo de economistas del holding del empresario Eduardo Eurnekian.

Ayer, desde las oficinas de prensa de Milei dejaron trascender qué piensa el Presidente sobre estas incorporaciones de último momento a su Gabinete: “Miramos hacia delante y queremos contar con los mejores, ése es nuestro lema. Quienes tengan el perfil idóneos y probos, que saben gestionar con eficacia, son invitados a continuar con su trabajo”, se explicó.

Quién más prejuicios parecía expresar contra la clase política, terminó siendo el más aperturista para formar Gobierno.

Javier Gerardo Milei, autoidentificado como un “outsider” de la política nacional, jurará hoy como nuevo Presidente de la Nación, es decir, tal como dicta la Constitución Nacional, será el Jefe Supremo de la Nación, Jefe de Gobierno y Responsable Político de la Administración General del País, y también Comandante en Jefe de todas las Fuerzas Armadas de la Nación.

Por Nicolás Wiñazki