¿Te sientes bloqueado o poco visibilizado en las redes sociales? En efecto, puedes estar siendo enviado a la oscuridad por las mismas plataformas, a lo cual se le conoce como “shadow ban” o “bloqueo en la sombra“. Algunos influencers, periodistas y celebridades lo han alertado viendo cómo sus entradas o historias publicadas no llegan a la audiencia.
“Se bloquea a un usuario sin que el afectado sea informado, es decir, se hace de forma oculta, en la sombra. Permite limitar la participación de un usuario y al mismo tiempo evitar que reaccione, pues desconoce que está siendo bloqueado”, explica Silvia Martínez, directora del máster de Social Media de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC).
En pocas palabras, sufrir shadow ban significa que el contenido creado parece ser visible, pero no lo es. Además, la red no lo recomienda (ni en el Feed, ni en los Reels) o ni siquiera puede encontrarse a través de la herramienta de Búsqueda.
“Es un fenómeno que no solo va ligado a dinámicas internas y de transparencia de las plataformas, sino que también es usado como queja habitual de algunos creadores de contenido cuando consideran no haber llegado a la visibilidad merecida”, comenta Alexandre López-Borrull, profesor de los Estudios de Ciencias de la Información y de la Comunicación de la UOC.
Sin embargo, hasta el momento se desconoce qué ganan las plataformas con este bloqueo y qué criterios usan. De hecho, la mayoría de las plataformas no reconocen de forma explícita esta práctica.
“Estas compañías presentan una serie de normas sobre qué contenidos no están permitidos y las acciones que pueden llevarse a cabo en caso de que las normas se incumplan, pero en la práctica nos encontramos que la visibilidad de los contenidos y su alcance se ven condicionados por la aplicación de unos algoritmos cuyas dinámicas son bastante desconocidas”, advierte Martínez.
CONTENIDO “SENSIBLE”, “DAÑINO”, “INDESEABLE” O “CENSURABLE”
López-Borrull considera que estos algoritmos y técnicas pueden ser utilizados como una forma de control. Las plataformas han afirmado que reducen algorítmicamente la participación de aquellos usuarios con contenido “límite” o bien “sensible”, “dañino”, “indeseable” o “censurable”, tomando adjetivos diferentes según la red.
“Usan esta tecnología para cumplir con los requerimientos que piden los gobiernos de controlar los contenidos. Puntualmente en temas sensibles y en relación también con la desinformación. Llevan a cabo toda una serie de filtros que a veces no son suficientemente transparentes”, añade.
En una encuesta realizada por el Center for Democracy and Technology (CDT 2022) a 1,205 usuarios de redes sociales, 9.2 por ciento declaró haber sufrido un bloqueo encubierto. La plataforma con el mayor porcentaje de usuarios que creían haber sufrido shadow ban fue Facebook (8.1 por ciento), seguida de X (4.1 por ciento), Instagram (3.8 por ciento) y TikTok (3.2 por ciento).
Para Martínez, aplicar el shadow ban tiene una doble función. Permite limitar el alcance de ciertos contenidos y —si realmente no es percibido— evitar críticas sobre la aplicación de “censura”. En temas vinculados al ámbito de la política o cuestiones de gran impacto social, como el covid-19, la guerra de Ucrania o la crisis humanitaria en Gaza, muchos usuarios han denunciado que sus publicaciones fueron silenciadas.
Según el informe, ciertos grupos o movimientos sociales han recibido una moderación de contenidos más “frecuente y dura” en Facebook, Twitter, Instagram y TikTok. Por ejemplo, miembros del movimiento Black Lives Matter y del movimiento LGBTIQ+.
En algunos casos, las plataformas han pedido disculpas (como sucedió con el #BlackLivesMatter y #GeorgeFloyd y TikTok). Sin embargo, en muchos otros, como la guerra en Gaza, Meta lo atribuyó a un error. Bugs, contenido poco interesante o sospechoso, son excusas comunes por parte de las plataformas para defenderse del shadow ban. “Suelen justificarlo por fallos o cambios en el algoritmo. Además, lo achacan a periodos de revisión de un contenido que era sospechoso de infringir las normas y que, por ello, temporalmente ha perdido su visibilidad o no ha sido recomendado”, indica Martínez.
¿LAS REDES SOCIALES ME HAN BLOQUEADO?
El shadow ban puede considerarse una herramienta que contribuye a la desinformación en línea o la prevención de esta. “Podría pensarse que, si se aplica para aquellos contenidos generados por bots o cuentas falsas, esta práctica podría reducir el alcance de campañas de desinformación. Sin embargo, del mismo modo podría llevar a invisibilizar voces que luchan contra la desinformación”, comenta Martínez. Precisamente, la desinformación encabeza la lista de los principales riesgos que afronta el mundo a corto plazo, según el Foro Económico Mundial.
Ser consciente del shadow ban no es fácil, pero existen algunas formas para intentar descubrirlo: usar una segunda cuenta y buscar ese contenido, revisar el estado de la cuenta o el alcance de la publicación.
“Es complicado conocer el alcance real del shadow ban, porque es una práctica que se oculta. Los estudios realizados se basan en análisis de ciertas cuentas, contenidos o periodos y, por tanto, con resultados acotados”, explica Martínez.
También se realizan encuestas que suelen basarse en la percepción y, por tanto, en la sensación o creencia que tiene un usuario de haber sido bloqueado o limitado. Según el informe, 54 por ciento de los usuarios sometidos a shadow banning afirmaron que el bloqueo les hacía sentirse aislados. Ir a las sombras provoca en los usuarios una sensación de ser apartados de su grupo social, comunidad o de la sociedad en general.