Jorge Macri tiene una muy buena relación con el presidente Javier Milei. La última vez que se mostraron juntos en público fue a principios de septiembre, posando para la foto con los pulgares arriba, cuando firmaron el traspaso de Nación a la Ciudad de las líneas de colectivos que generaban un conflicto porque la Casa Rosada quería sacárselas de encima. Pero subyace el encono hacia el jefe de Gobierno porteño, detrás de una clara estrategia política, en al menos uno de los tres miembros del denominado triángulo de hierro: Karina Milei.
El alcalde de la Ciudad ha demostrado colaboración en varios asuntos: aceptó las líneas de colectivos que la Nación subsidiaba en parte y nunca traspasó a la Ciudad; viene reclamando un acuerdo para volver a recibir la porción de coparticipación federal que le quitó el kirchnerismo en plena pandemia y acepta una suma fija con una mejora para el año que viene, aunque no busca un conflicto en la deuda de miles de millones acumulados desde la quita que implementó el kirchnerismo hace cuatro años. Y en general, Jorge Macri se manifiesta en línea con las políticas libertarias.
Pese a todo, podría pesar más una frase que se replica en Casa Rosada y repiten tanto del lado libertario como del macrista: “Karina no lo quiere a Jorge”. Una máxima que hoy tiene tanto peso como en otros tiempos lo tenía “Cristina no lo quiere”.
El motivo que se esgrime en la superficie es que Jorge Macri se niega a reconocer al bloque de la legisladora María Pilar Ramírez como el oficial de La Libertad Avanza. Es el que reporta directamente a la secretaria General de la Presidencia, pero el problema es que los libertarios se rompieron en tres -el sector de Ramiro Marra, el que responde a Oscar Zago y los de Ramírez-, y las autoridades de la Legislatura aducen que ante ese escenario no pueden hacer nada.
Pero el problema de fondo es que las huestes de Milei pretenden quedarse con la Ciudad en 2027, y la primera escala son las legislativas del próximo año. Por eso Patricia Bullrich sale a denunciar una suerte de pacto entre Jorge Macri y Víctor Santa María en el intento de introducir en el tratamiento del Código Urbanístico un artículo que volvía a obligar a los edificios a contar con una vivienda para los encargados. Todo fue creciendo y terminó con un nuevo cruce entre Bullrich y Mauricio Macri.
“Tenemos una muy buena relación con Milei pero con Karina el trato es razonable. Karina no lo quiere a Jorge ni al macrismo. Pese a que Jorge rechaza confrontar, por arriba Mauricio y Patricia se pelean. Por eso sabemos que la relación puede explotar en cualquier momento”, admiten en el Gabinete porteño.
No es casual que el bloque libertario en la Ciudad tenga la orden de Karina Milei de votar “ley por ley”. La semana pasada con Código Urbanístico, lo hicieron en contra. Tampoco que Pilar Ramírez sea la próxima presidente de La Libertad Avanza en la Ciudad.
Absolutamente todo depende de cómo le vaya al Gobierno en materia económica. Pero en el macrismo son conscientes de que si no le va tan bien, en la Ciudad puede darse una alianza con listas separadas que confluyan en unas PASO porque no hay un buen vínculo como para sentarse a armar listas porque los libertarios quieren todo y el macrismo cree que tiene preeminencia por su volumen de votos; pero están convencidos que si a Milei le va mejor de lo esperado, van a intentar ir solos y cooptar el voto amarillo. ¿Apuntarán a una candidatura de Karina Milei a jefa de Gobierno porteño en 2027?
En Provincia la apuesta es similar: ir por todo. Más similitudes, el “vamos por todo” fue la famosa frase de Cristina Kirchner en el 2012 tras una elección del 54% de los votos en primera vuelta, no en ballottage.
“Alianza no pareciera” dice un operador libertario, acerca del distrito bonaerense. En el macrismo creen que es un error la estrategia que comanda Sebastián Pareja porque carecen de militantes propios y van a terminar haciendo lo mismo que en el 2023 cuando se le colaron dirigentes del massismo. “Es como lo que pasa con PAMI y ANSES que se lo maneja La Cámpora”, ejemplifica un dirigente bonaerense.
En el macrismo bonaerense interpretan que José Luis Espert no es un buen candidato para encabezar una lista de La Libertad Avanza y cree que si el oficialismo persiste con la idea de ir solos, sus propios votantes le van a reclamar ganarle a Axel Kicillof.
Desde el entorno presidencial buscan despejar la idea de un enfrentamiento. "Distrito por distrito evaluaremos qué es más conveniente", afirman.
Pero la confrontación tiene otra arista. Algunos de los diputados del bloque PRO admiten que en general, todos tienen una excelente relación con la cúpula del Gobierno, tal como lo reconoció el mandatario en el acto de este sábado en Parque Lezama, pero “salvo Milei, el problema de su núcleo es con Macri”. Incluso, algunos miembros del bloque empiezan a cuestionar la estrategia de Mauricio Macri de salir a confrontar con Bullrich. ¿Puede haber ruptura en el PRO en los próximos meses?
“Estamos ante una gran oportunidad”, resume un libertario. La presentación del partido nacional propio lo alimenta. Aunque es una tarea compleja armarlo con lo que hay y, al mismo tiempo, que no sean casta o incurran en prácticas de la casta, según el slogan libertario. Por ejemplo en el acto de Lezama, al igual que en los actos peronistas, hubo micros que trasladaron gente y bandas musicales pagas que se ocupaban de arengar a los presentes.
En los discursos de Milei, sobre todo, y de Karina, quedaron plasmados dos objetivos discursivos: atacar como pocas veces en las últimas décadas a la prensa -quizás lo más parecido sea el escrache kirchnerista a periodistas-; e insistir con la necesidad de aumentar el número de diputados y senadores en el Congreso.
Lo primero sólo podría sustentarse en el repudio a cualquier crítica y a los que piensan diferentes que son tildados de casta -"a los nuevos traidores se los va a tragar la tierra", lanzó Milei- y al temor del Gobierno ante cualquier posible baja en la imagen presidencial en las encuestas. Mientras que ampliar la cantidad de legisladores propios es una necesidad que sufre hoy el Ejecutivo, aunque ya debería saber también que cantidad no es calidad.
Por esos carriles, quizás con el logro de una baja mayor de la inflación pero sin ninguna mejora notable del poder adquisitivo, el Gobierno llegará a las elecciones legislativas cuyo resultado, para bien o mal de Milei, reconfigurará el mapa político de la Argentina.