El próximo sábado 30 de noviembre el barrio de San Telmo se vestirá de fiesta para celebrar los 160 años del bar notable El Federal, a la vez que los 60 años del Frigorífico Cárdenas.
“A lo largo de las décadas, ambos han construido una relación sólida con el objetivo de llevar a la mesa porteña la combinación perfecta entre sabor y patrimonio”, indicaron los organizadores.
Durante el encuentro, habrá arte y música en vivo, una charla abierta, degustaciones, un acto oficial para el descubrimiento de la placa homenaje al bar y las palabras de un Maestro de Ceremonias.
La prehistoria de Bar El Federal comienza en 1864: fue pulpería, casa de citas, almacén de ramos generales, almacén con despacho de bebidas, Ya como café y bar, se cruzó con el equipo del Frigorífico Cárdenas, firma creada en 1964, dedicada a la elaboración de fiambres de cerdo: jamones crudos y cocidos, lomos y pancetas ahumadas, salames, pepperoni y bondiolas curadas.
Los festejos comenzarán a las 12 del mediodía con Gustavo Ferrari, artista e historiador de Buenos Aires, y continuarán a las 16, con una charla abierta “Bar el Federal: del despacho de alimentos al bar”, a cargo del prestigioso historiador Eduardo Lazzari, en Carlos Calvo 599.
Y a las 18 hs la diputada Inés Parry, legisladora de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, descubrirá la placa oficial en homenaje por el 160° aniversario de Bar El Federal y se anunciará al ganador del concurso de ilustración “Trazos Federales”.
Los festejos se cerrarán con la música en vivo de “Los Muchachos Errantes”, un quinteto acústico de canciones porteñas con mucho swing con voces, guitarras, contrabajo, trompeta y batería.
El edificio que aloja al Bar El Federal celebra sus 160 años
La esquina de Perú y Carlos Calvo es una de las más legendarias de la ciudad. Comenzó sus días en 1864 como pulpería sobre dos calles de tierra por las que circulaban transportes de tracción a sangre: parroquianos de los alrededores llegaban en busca de alguna copa, un juego de dados, una ronda de naipes o una apuesta a la riña de gallos. Años más tarde la pulpería sería reemplazada por un almacén de ultramarinos. Su identidad original vinculada a la venta de alimentos, bebidas y artículos para el hogar sería interrumpida por la apertura de un prostíbulo. No existen registros de los años durante los cuales esta “casa de tolerancia” estuvo en actividad, pero se dice que también funcionó en la planta alta del edificio.
El año que marcó un antes y un después en San Telmo fue 1871, cuando la epidemia de la fiebre amarilla provocó un éxodo masivo de las familias patricias hacia la zona norte de la ciudad: sus casonas fueron alquiladas como conventillos y hoteles familiares, sirviendo como alojamiento para los inmigrantes europeos que llegaron al país a partir de 1880. Décadas más tarde, al excavar el pozo para anclar la emblemática barra de Bar El Federal, se encontrarían cadáveres sepultados, víctimas de aquella tragedia sanitaria.
En la década de 1950 el edificio reinauguró como almacén con despacho de bebidas, esa tradicional tipología del comercio porteño que, con su doble acceso y su amplia oferta de fiambres frescos, productos secos, mercadería al peso y brebajes etílicos, no sólo era el proveedor de rigor sino también punto de encuentro y referencia en el barrio.
Dos décadas más tarde el almacén comenzaría a ser desplazado por la aparición de los autoservicios, reinventándose en la forma del Café-Bar: su barra de madera maciza con arco en alzada, los mosaicos calcáreos originales, la máquina registradora del siglo XIX, las patas de jamón colgantes, las cubas de roble francés y la colección de botellas antiguas, chapas enlozadas y avisos publicitarios del siglo pasado son parte de su encanto. Las picadas y tablas de quesos, los sandwiches especiales, las tortillas y escabeches, las pastas y panes caseros, los postres tradicionales, la cerveza de elaboración artesanal, la sidra tirada y la amplia carta de aperitivos, vinos y tragos completan la tentadora invitación.
Bar El Federal fue declarado “Café Notable” por el Ministerio de Cultura de la Ciudad de Buenos Aires y reconocido como “Sitio de Interés Cultural” por la Legislatura Porteña el 25 de noviembre de 2004, por ser “testigo de una época y del barrio de San Telmo”. El edificio fue elegido en numerosas oportunidades como locación para producciones fotográficas y publicitarias y participó en escenas de las películas “Cafetín de Buenos Aires”, “El Tango cuenta su historia”, “Custodio de señoras” y “Desde el Abismo”. Bar El Federal también fue sede de encuentro para las clases abiertas del “Liceo Superior” de la Academia Nacional del Tango, entre las que se destaca una de la cátedra “Café y Lugares del Tango”, presidida por Jorge A. Bossio (Los Cafés de Buenos Aires, 1968): participaron el poeta Horacio Ferrer, el fotógrafo Roberto De Luca y la excelente cantante folclórica Suna Rocha.
La prehistoria de El Federal se reconstruye con relatos imprecisos, testimonios orales transmitidos por dos generaciones y recuerdos incompletos de sus épocas pasadas. Así, su misterioso pasado vuelve al presente teñido por algunos mitos, unas pocas exageraciones y algún que otro producto de la sana imaginación popular. Para hacer de este notable aniversario una experiencia compartida, entre julio y noviembre Bar El Federal invita a participar de sus celebraciones para rendir homenaje al patrimonio cultural de su edificio.