ACUERDO MACRI/FMI Hay que pasar el invierno (o el infierno)
11-06-2018 | Sociedad
Por LUIS ALEJANDRO RIZZI ** Sin duda que si algunas de las decisiones que ahora se le exigen a la Argentina debieron ser tomadas por Mauricio Macri el 10/12/2015 en vez de equivocarse tanto casi 3 años: autonomía del BCRA, flotación libre del tipo de cambio, congelamiento de vacantes y de contratos en la Administración pública, impedir que el BCRA financiera al Tesoro Nacional, impedir que el Tesoro Nacional se financie con el ahorro doméstico, reducir la obra pública a lo esencial y promover la Propiedad Privada Participada... Aquí la gran pregunta: ¿hay convicción en Macri acerca de lo que deberá emprender o no? De la respuesta depende el éxito o el fracaso de todo esto. Mientras tanto, algunas reflexiones:

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Abogado especializado en Derecho Comercio, con experiencia en la gestión del aerocomercio.

“…Más allá de esa confianza expresada por el Fondo, Cardarelli reconoció que los acuerdos necesarios para la sustentabilidad del programa acordado con el Fondo, por el cual el gobierno de Mauricio Macri recibirá 50.000 millones de dólares en tres años para respaldar su plan económico, exige "un fuerte compromiso político y de toda la sociedad argentina". 

Mas que hay que pasar el invierno, la frase de Álvaro Alsogaray durante el gobierno de Arturo Frondizi, Mauricio Macri estará pensando que “hay que pasar el infierno del FMI”.

Lo paradójico del caso es que el gobierno pretende hacer al final lo que debió hacer al principio y ahora su futuro quedará librado a la suerte del pato o la gallareta, donde “pato” es la reelección en primera vuelta y “gallareta” el difícil balotaje.

Los argentinos somos tan raros que somos una sorpresa para nosotros mismos, tal como podría decir la letra de algún tango que se podría titular “Amores de Cambiemos”. Por ejemplo: “ayer celebramos un default y hoy celebramos una deuda, amores de Cambiemos, consuelo de soberbios”, evento que el ministro Nicolás Dujovne, "Nico" para los amigos, celebró con envidiable entusiasmo, creyendo ser protagonista de una épica mitológica de este populismo de gente bien.

En definitiva, el FMI resolvió bancar, por ahora, mediante una entrega anticipada del 30% del “avanced stand by”, los garrafales errores del gobierno, ya que estos US$ 15.000 millones en cierto modo compensan los dólares perdidos para mantener un tipo de cambio que finalmente se devaluó un 30%.

Para el resto, habrá que habituarse al demorado ajuste que será monitoreado trimestralmente y que hasta ahora tuvo el costo de un endeudamiento mercatorio para financiar el gradualismo que sólo sirvió para poner en riesgo la reelección del gobierno.

Gilbert Keith Chesterton podría escribir sobre las paradojas del señor Jaime Durán Barba, una suerte de asesor de Siruela, el pueblo español que dio origen a su famoso maestro que era analfabeto y tenia escuela…

Como el Juan Perón bueno de Mariano Grondona, este FMI “diferente y sensible” nos concedió una suerte de “salvaguardia social” que garantizará que el 30% de pobreza reciba puntualmente la limosna caritativa que podría tener buenos efectos electorales. Una de mis viejas tías abuelas con complejo de superioridad me diría “¿Viste Luis que hay un buen clientelismo de la GCU? (Gente Como Uno)”.

El FMI lo dijo de modo inconsciente, tal como lo dijo su economista italiano Roberto Cardarelli, es necesario afianzar el compromiso social, que con bastante maldad traduciría diciendo: "Hay que garantizar el voto del conurbano que puede decidir la elección del 2019".

Tal como vemos, para ganar elecciones no solo se necesita recaudar para financiar la campaña, también la pobreza tiene un costo fiscal, que esta vez será bancado por el propio FMI, vaya que ha cambiado… esta vez blindó al gobierno de Macri para pasar el infierno sin un solo chamusco…

En fin, una vez más no puedo olvidar al gran Tato Bores que nos invitaría con su tradicional brindis “Vermouth con papas fritas, votos para Cambiemos…y good show”.