La baja en la tasa del Banco Central, la señal que esperan pymes y consumidores para levantar cabeza ante la crisis
05-02-2019 | Economia
 En una semana, redujo cinco puntos el interés por las Leliq. El costo financiero de las tarjetas y los préstamos personales acompañarán la tendencia.

Hace medio año que la tasa de interés de las Letras de Liquidez comenzó a actuar como un marcapasos para la economía argentina. Desde ese momento tuvieron una escalada repentina para tratar de contener la última gran corrida hacia el dólar a fines de agosto, se convirtieron en el instrumento estrella del Banco Central para controlar la cantidad de dinero circulante y en las últimas semanas, de la mano de una mayor tranquilidad cambiaria, arrancó una pendiente hacia el nivel de tasa actual, que ronda el 51%.

El alto interés de estas letras, que son negociadas por la autoridad monetaria solamente con otros bancos y que no están al alcance de inversores ni ahorristas, significó durante estos meses un lastre para la economía, porque condenó a empresas y a consumidores a entregarse a tasas altísimas que frenaron la inversión e imposibilitaron el consumo. Fue el costo que decidieron pagar el Banco Central y el Gobierno para estabilizar el dólar.

Pero la caída paulatina de ese índice, que fue de cinco puntos porcentuales en una semana, enciende estos días una luz de expectativa. Con tasas más bajas, el costo que tiene el financiamiento para las pequeñas y medianas empresas y para los consumidores podría también acompañar esa tendencia y, de esa forma, ayudar a descongelar la actividad.

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Para ponerlo en números. De acuerdo a datos oficiales actualmente una pyme tiene que pagar un 58% en promedio de tasa para obtener adelantos en cuenta corriente, la forma más común de conseguir plata para invertir o incluso para afrontar gastos diarios. Los préstamos personales, muchas veces destinados al consumo, tienen un costo de 62%, mientras se estima que las tasas de financiamiento de las tarjetas de crédito aún ronda el 130%, siempre en términos anuales.

Según economistas y analistas consultados por TN.com.ar, el retroceso del rendimiento de las Leliq del BCRA se traslada efectivamente al resto de las tasas de interés, entre ellas las de los créditos para empresas y préstamos personales, pero tiene cierto rezago, por lo que no es automático.


La situación más crítica es la de las tarjetas de crédito. Según explicó el economista Ariel Setton, especialista en medios de pago e inclusión financiera, "la baja pronunciada de tasas de Leliq aún no encontraron su contraparte en los costos de financiamiento con tarjeta de crédito". "La Tasa Nominal Anual (TNA) sigue estando entre 80 y 90% anual para venta en 2 a 24 cuotas. Esto es una tasa efectiva anual superior al 130%", comentó.

"Cuando las tasas de referencia del BCRA aumentaron, la reacción de las tarjetas fue casi inmediata. Hoy por hoy además es casi imposible encontrar cuotas sin interés y eso se ve en la evolución del plazo promedio de cuotificación. Es de esperar que parte de la baja del 72% a más cerca del 50% de tasa de referencia repercuta sobre las tasas de financiamiento. Aún no se vio", concluyó.

Los créditos personales también se vieron afectados por la suba de tasas. Si bien el nivel actual ronda según datos del Banco Central el 62% anual de costo, en el momento de mayor dureza monetaria con tasas de Leliq por encima del 70%, este tipo de créditos llegaron a tener un interés superior al 66%.


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Y la coyuntura también generó que una cantidad mayor de deudores se retrasaran en los pagos. El último informe sobre bancos elaborado por el BCRA marcó que ya en noviembre un 5% de la cartera de los bancos de préstamos personales ya había registrado una mora. Para comparar, un año antes ese porcentaje era de 3,2%. La irregularidad de pago en las tarjetas de pago es menor, de 3,6% del total de tenedores.

Para el economista de la consultora FocusMarket, Damián Di Pace, "el costo para financiarse en el mercado para consumir va a seguir siendo alto". Y además "no hay ninguna actualización de ingresos que supere esas tasas, ninguna paritaria futura va a alcanzar para empatar con ese costo".


La actividad de las pymes, en especial las industriales y comerciales, son las que más sintieron el temblor generado por la corrida cambiaria, el crédito que se tornó inalcanzable y la recesión que complicó el panorama. Durante 2018 la actividad de las pequeñas y medianas industrias llegó a derrumbarse a ritmo de 7% respecto al año anterior, de acuerdo a datos de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME).

Para el economista Leandro Mora Alfonsín, especialista en temas industriales, más allá de la baja de las últimas semanas en la tasa de Leliq "estamos hablando todavía de niveles elevados, pero la tendencia a la baja es una señal auspiciosa". "No obstante, el mercado financiero sigue mostrando rigideces para las pymes a la hora de solicitar créditos o descontar cheques", apuntó.

El contexto es tan difícil para las pymes actualmente que, para Mora Alfonsín, lo que necesita el sector actualmente "es un puente para llegar al otro lado del río". Y sostuvo: "Si la recuperación este año va a ser para minería, el campo o la agroindustria, a las pymes comerciales y de industria les va a costar y van a tener problemas de actividad".


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El recorte de las tasas, aunque es más marcado en las últimas semanas, todavía se espera que sea lento y prudente. Este lunes el Relevamiento de Expectativas de Mercado del Banco Central en el que participan consultoras y bancos arrojó como resultado que el consenso es que los rendimientos de las Leliq se mantengan en un nivel cercano al 45% al menos hasta mitad de año, un nivel que los economistas aún consideran alto.

Mora Alfonsín, ante esta coyuntura, ensayó una propuesta que podría servir para facilitar créditos a tasa competitiva a las pymes en problemas. "Una posible fuente podría ser los depósitos en efectivo que los bancos tienen como encaje (es decir, que tienen que mantener inmovilizados). Se trata de unos $500.000 millones que les reporta 0% de interés a los bancos. Una alternativa sería tomar un porcentaje pequeño de ese total y destinarlo a líneas de crédito competitivas de 30% de tasa o menos. Ante una situación acuciante al menos vale la pena discutirlo", concluyó.