Como pocas veces se vio en la historia argentina, la Ciudad y el Conurbano bonaerense están regados de carteles con propiedades en venta. Se pueden ver cuatro, cinco o más anuncios por manzana, insólito. Y la cartelera empieza a mostrar deterioros por el clima, ya que están puestos desde hace meses, hay cientos de consultas, pero las operaciones no se realizan.

La raíz del mal momento fue descripta con precisión por expertos del sector como Norberto Lépore o Marcelo Di Mitrio. Palabras más, palabras menos, estos operadores señalan: "Los que quieren vender para pasarse a otra propiedad tienen en la cabeza unos valores que el mercado ya no paga, y eso provoca que los negocios se estanquen".

En números, para dar una idea sobre la diferencia entre los que buscan comprar y los que quieren vender se estira a valores insólitos. Hay vendedores que piensan que pueden vender su propiedad en un valor 120 y el comprador llega y ofrece 70. Cuando en épocas normales el vendedor pretende 110 y el comprador ofrece 90.

Con esa distancia de fondo, los Colegios de Escribanos de la Ciudad y de la provincia de Buenos Aires acaban de difundir las estadísticas con datos concretos de operaciones realizadas en enero de este año. Y los números son dramáticos: dan para refregarse los ojos.