Cómo y por qué afecta la suba del dólar a las economías familiares
01-04-2019 | Economia
 El dólar arrancó el mes de marzo 40,83 pesos para la venta minorista y la semana pasada tocó un récord de casi 45 pesos. Por su parte En el mercado de futuros, la cotización de la divisa al 30 de diciembre de este año se ubica en 57,44 pesos. Qué pasa como afecta

 La semana pasada el dólar tuvo un pico histórico de casi 45 pesos y durante el fin de semana subieron las naftas. La petrolera Shell aplicó el ajuste del 9,5 por ciento el sábado, y la YPF subió casi un 5 por ciento este domingo. La noticia recrudece el panorama económico para los argentinos ya que el incremento de los combustibles es el engranaje más aceitado de la máquina de vapulear los salarios.

Pero, ¿por qué es tan grave un aumento de la cotización del dólar? ¿Cómo es que la cadena llega por recortar nuestro poder adquisitivo? Primero lo primero: cualquier economía necesita dólares para poder crecer. Esto es así porque el mercado mundial se mueve a partir de la divisa norteamericana.

En Argentina se compran dólares para atesorar, viajar al exterior y para importar, y la manera que tiene el Estado para recaudar dólares es por medio de inversiones o por las exportaciones. Pero lo cierto es que hace años el país se encuentra ante la incapacidad de generar oferta de dólares que el país demanda.

Mauricio Macri llegó al poder con la idea del cambio, y uno de sus “caballitos de batalla” fue el de oponerse fervientemente a la política proteccionista aplicada por la ex mandataria Cristina Kirchner a la compra de dólares. Más claro: Macri dio por tierra con el cepo cambiario y la aplicación del tipo de cambio oficial.

Esa decisión trajo consigo la libertad del mercado, la desregulación financiera, y la legislación que lo amparaba: la reforma del mercado de capitales en mayo de 2018. Una ley que sancionó la Cámara Baja con apoyo del Peronismo Federal y el Frente Renovador, y fue rechazada por el Kirchnerismo.

¿Cuál era el fin de desatarle las manos al mercado? Alentar a inversionistas. Pero no llegaron en la cuantía que se los esperaba, y hasta hay quienes se están retirando a causa de la inestabilidad económica del país.

Y ahí fue cuando el Gobierno le pidió el prestamo al FMI a cambio de condiciones y requisitos que generan una dependencia carnal, porque para cumplir a rajatabla con las exigencias del fondo hay (hubo) que aplicar un feroz ajuste en el gasto público, reducir presupuesto y aumentar tarifas.

Así entonces, una suba en el tipo de cambio genera que todos los bienes y servicios de nuestra economía que están dolarizados suban, como por ejemplo las naftas que lo hicieron este fin de semana y se estima un nuevo aumento por parte de la petrolera YPF en abril.

Si sube el combustible, sube el transporte que mueve la mercadería que los argentinos consumen, entonces aparece ella: la inflación. Y con la presión inflacionaria, la caída en términos reales del salario de los argentinos.

Los salarios tuvieron el año pasado un crecimiento promedio de solo 29,7 %, que significó una pérdida de 18 puntos porcentuales respecto de la inflación, según indicó el Indec. Frente al Índice de Precios al Consumidor (IPC) del año pasado, que fue del 47,6 %, los salarios del sector privado aumentaron 30,4 %, los del público 30,3 % y los de la economía informal 29,7 %.

Pero también existen aquellos productos que no tienen insumos en dólares, pero los productores pueden ceder su producción ene le mercado internacional a un precio más alto, y entonces, para equiparar suben el valor en Argentina, con el consecuente traslado ya descripto. Y, por supuesto, nunca faltan los especuladores que también presionan.