La Legislatura porteña fue el escenario del primer congreso internacional sobre “Combate del delito transnacional y los procesos de integración”, en el que personalidades de primer nivel debatieron sobre la construcción y mejora de las herramientas jurídicas, técnicas y operativas para articular y desarrollar la seguridad transnacional entre los diferentes bloques y el ámbito local.

La apertura oficial del evento estuvo a cargo del vicejefe de Gobierno porteño y titular del Ministerio de Seguridad de la Ciudad, Diego Santilli, quien aseguró que “este congreso es muy importante porque el delito muta, va cambiando y generando formas y posiciones” y remarcó que “el delito ya no es de un determinado lugar, un barrio, una manzana, una cuadra, ya que al ir mutando y retroalimentándose, rompe las fronteras de una ciudad y un país convirtiéndose en verdaderas asociaciones criminales. Las cuales generan daños en otros países del mundo y en el propio barrio donde surgió, se hace un camino del delito que va produciendo otros y así lastima a los vecinos”.

“El combate contra las mafias y organizaciones criminales no se puede hacer de a uno, desde un lugar, es algo que hay que hacer en equipo y eso implica dialogar con las diferentes partes, trabajar en conjunto, intercambiar tecnología y capacitación, entre otras cosas”, explicó e insistió en que es necesario hacer “que los delitos cesen en los lugares donde se originan, pero también que se terminen los delitos periféricos que genera ese delito transnacional”.

Sobre esa línea, detalló que detrás de las organizaciones criminales “como por ejemplo las barras bravas, hay un montón de delitos periféricos que tienen que ver con que les cobran a las personas por estacionar, por ir a la cancha o el que pone una parrilla en la calle” y advirtió que “esto genera muchas situaciones adversas y complicadas para un barrio o una ciudad”.

Asimismo, señaló que “hay otros tipos de delitos, como el que nosotros pudimos desbaratar algunas semanas atrás, que surge en Estados Unidos cuando fiscales de ese país detectan que muchas personas mueren a raíz del consumo de medicamentos truchos, que no cumplen con los requerimientos necesarios” e indicó que “dos fiscales detectaron que la producción estaba en Rumania y en la India, pero esa organización tiene origen -en términos transaccionales- en la Argentina, en la Ciudad de Buenos Aires”.

“Se trataba de un grupo organizado que a través de sistemas hacia toda la producción de la venta de esos medicamentos por sistemas informáticos, generaron 54 mil víctimas; lavaban el dinero a través de un sistema financiero de segunda intermediación, esto es un delito transnacional”, concluyó.

Cabe recordar que este congreso fue declarado de interés por la Legislatura porteña durante una de las primeras sesiones del 2019, gracias a una iniciativa impulsada por el diputado de Vamos Juntos Eduardo Petrini.