Este emprendedor trabajó 30 horas semanales y construyó un negocio de 30 millones de dólares
15-05-2019 | Emprendedores
 Mark Eggen quedó desempleado a los 54 años y decidió construir un negocio desde cero, usando sus años de experiencia para trabajar menos facturando más

 Tras décadas de trabajar como ejecutivo en diversos restaurantes, Eggen decidió aplicar su propia experiencia para armar un emprendimiento propio: Hop Jack’s. El lugar se hizo famoso debido a sus cervezas, hamburguesas y ambiente de barrio, lo que hizo que se extienda a 12 restaurantes con 3 más en construcción. Su facturación anual llega a los 30 millones de dólares y emplea a 800 personas.

El empresario trabajó la mayor parte de su vida para la cadena Red Robin, donde aprendió a administrar y escalar restaurantes. Luego se unió a otra empresa de la que fue despedido, por lo que decidió comprar una franquicia de pizza que dirigió durante tres años, algo que no lo convenció. "A esa edad y punto de mi experiencia, no me gustaba que me dijeran qué hacer", dice Eggen."Hace ocho años, tenía 54 años, llegué a casa y dije: ‘Cariño, solo me queda suficiente dinero para abrir mi propio restaurante"".

Gracias a la venta de la pizzeria, Eggen tenía u$s 100.000 para invertir, y solicitó al banco que financió su franquicia un préstamo de u$s 500.000, que fue dado a cambio de hipotecar su casa. "Sabía que era un riesgo, pero quería hacerlo. Si no lo lograba, tendría que trabajar mucho más. Pero disfruto trabajar" declaró el empresario.

Gracias a su conocimiento de bares y hamburguesas, el empresario logró ubicar a Hop Jack’s como un lugar de reunión en el vecindario, pero con la infraestructura a escala. A pesar de que sus planes de expansión no iban más allá de dos sucursales, en 2011 abrió un tercero y puso a uno de sus hijos como gerente. Hoy, el hijo de Eggen ya administra cinco Hop Jacks, en octubre uno de sus yernos se incorporó como CFO y un ex colega de 25 años dirige las operaciones.


Eggen prefiere mantener las cosas chicas y trabajar de 30 a 40 horas semanas, la mitad de las que trabajaba en Red Robin. Con el tiempo extra él y su esposa se comprometieron a viajar dos veces al año, hacer 30 minutos de gimnasio cada mañana, algo que hizo en los últimos 30 años. Recientemente le ganó una batalla al cáncer de próstata.

"La gente me preguntó, ¿por qué no hiciste esto antes?" Eggen dice. "No tenía fondos para hacerlo antes. No podría haberlo hecho en mis 30 y tener el aspecto que tiene ahora".

El empresario espera retirarse del negocio en cinco años, gracias a tener parte de su familia involucrada y de poder haberles transmitido su experiencia en la industria. "Lo único que haré después de esto", dice, "es cortar el césped a tiempo parcial en el campo de golf".