El dilema de las Ciudades post pandemia: ¿Normalidad o ¨Nueva Normalidad¨?
25-07-2020 | Sociedad
 Autor: Lic Damián Specter – Consultor en Planificación Estratégica -Socio de www.urbaniaconsultora.com – Ex Director General de Promoción de Inversiones del GCABA

Desde que comenzó la pandemia, escucho y leo a profetas del urbanismo que nos plantean “cantos de sirenas” al hacer referencia a una “supuesta nueva normalidad”, la cual nos llevará a un mundo de ensueños, donde no se usarán autos y nada contaminará el medio ambiente. He llegado a leer que está pandemia será la oportunidad para que ya nada nos contamine. Todo esto suena muy bien en un mundo utópico. Desde mi punto de vista, el análisis que merece este inusitado y complejo fenómeno y consecuentemente, su forma de abordarlo, debiera ser un poco más profunda e integral.

Dentro de lo que he leído últimamente la palabra PROHIBIR aparece con frecuencia. Esta pandemia además ha logrado desdibujar los límites entre el control/seguridad y las libertades/derechos individuales.

¿Prohibir es la solución?

Rescato, sin embargo, la idea de que esta enorme e inusual crisis global puede generar oportunidades de cambios. En este sentido, lo que habría que analizar es: qué tipo de cambios realizar y de qué manera éstos afectarían a la población. El tema no es tanto el “Qué”, sino el “Cómo” llevar adelante los cambios. Para ello, se deberá medir tanto las externalidades positivas como las negativas, así como también, analizar la factibilidad y los costos de llevarlos a cabo.

Por cierto, en los últimos años, ya se ha venido trabajando en concientizar a la población en cuanto a la necesidad de cuidar y mejorar nuestro hábitat y sin lugar a dudas, ésta es una oportunidad más para continuar haciéndolo. Un ejemplo de esto, podría ser la optimización del transporte público (ampliando su diversidad, cantidad de unidades, frecuencia y calidad), así como la mejora de nuestras infraestructuras (logísticas, energéticas, tecnológicas y urbanas).

Si algo bueno pudiéramos rescatar de “este parate”, es que nos permite repensarnos, y para los apasionados de lo urbano: repensar nuestras ciudades. En esta línea, la “cercanía y la accesibilidad”, serán claves para lograr ciudades más policéntricas, con barrios donde se pueda trabajar, estudiar, comprar, hacer trámites y entretenerse. Barrios donde haya mayor espacio para la “caminabilidad”, así como más, mejores y accesibles espacios verdes. También debemos contar con un mobiliario urbano que apunte a la excelencia, tanto para mejorar su “usabilidad” como para que estos apoyen y refuercen la identidad del barrio y/o de la ciudad. Y desde ya, premiar la construcción sustentable. En definitiva, hacer ciudades cada vez más Integradas, más Inclusivas más y Inteligentes.

Ahora bien, todas estas mejoras urbanas son necesarias pero no suficientes ya que el crecimiento de las grandes ciudades es constante y exponencial. En América Latina, el 82% de nuestra población vive en ciudades, lo que trae aparejado nuevos y complejos desafíos, como por ejemplo entre los cuales se encuentran el desempleo y el subempleo. Por este motivo cuando hablamos de calidad de vida, también hablamos de empleo. Hoy en el planeta somos casi 8.000 millones de personas de las cuales casi 4.000 millones son población económicamente activa. La gente vive de su empleo el que en parte ya está siendo reemplazado, cada vez más, por la tecnología y a esto se suma la drástica caída que ocasionó el confinamiento obligatorio.

Por lo tanto el desafío que tenemos por delante para lograr mejorar la calidad de vida de nuestras ciudades, es tan apasionante como complejo, por lo que este contiene una multiplicidad de factores a tener en cuenta. Hoy para repensar las ciudades no solo necesitamos arquitectos, urbanistas e ingenieros, sino también economistas, especialistas en salud, expertos en seguridad, sociólogos, filósofos, psicólogos, antropólogos y artistas, entre otros tantos. En definitiva son los líderes locales junto a sus comunidades quienes deberán resolver este dilema.

¡Hay una gran diferencia entre: “vamos a ver si funciona” y “vamos a hacer que funcione”!