Hipotecados UVA, "al horno": cuotas impagables, silencio oficial y remates a corto plazo
11-02-2021 | Sociedad
A fines del mes próximo concluyen la posibilidad de diferir cuotas y otros "respiradores". El Gobierno no da respuestas y los endeudados se movilizan.

Incertidumbre, temor y desesperación son las sensaciones que dominan a diario a miles de familias en todo el país. Y semejantes estados van camino a intensificarse si, tal como lo estipuló el Gobierno en las últimas semanas, finalmente concluye el diferimiento de cuotas y se desactiva el veto a los remates y ejecuciones vigente. El día de la verdad será el 31 de marzo y los hipotecados UVA anticipan que, si el oficialismo no extiende algunos de estos "respiradores" más allá de esa fecha, lo que viene es el caos en los hogares levantados con ese crédito.

El final del congelamiento derivó en una paliza para los bolsillos de los hipotecados: en plena recesión y aumento del desempleo, las subas en las cuotas para los compromisos de este alcanzaron topes cercanos al 25 por ciento. "El desorden y la angustia son tremendos", dijo una portavoz de la organización que integra a los endeudados.

"En algunos casos hubo subas del 9 por ciento, pero en otros fue mucho más porque tenemos distintas tasas de interés. Hay familias que recibieron incrementos del 23 por ciento. El techo del 35 por ciento del ingreso familiar que informó el Gobierno no está implementado. Sólo fue un anuncio", añadió.

Los incrementos liberados a partir de este mes alcanzaron a más de 105.000 familias. El primer congelamiento se impuso en 2019 y el monto impago iba a prorratearse el año pasado, pero la irrupción del Covid-19 derivó en una extensión de la medida.

Tras las sucesivas interrupciones se llegó a este 2021 en el cual, desde febrero, los tomadores de créditos comenzaron a enfrentar una cuota actualizada por inflación y una fracción de lo que no se pagó desde 2019 a esta parte. Quienes accedieron a los UVA durante el macrismo tienen que cubrir esos montos recargados por al menos 18 meses.

Si bien el 50 por ciento adhirió a un diferimiento que permite pasar algunas cuotas impagables al tramo final del préstamo, más allá de la oposición de algunos bancos, lo cierto es que esa posibilidad concluye el último día del mes próximo. También el 31 de marzo concluye la suspensión de remates y ejecuciones.

Respecto de esto último, los tomadores del crédito anticipan lo que viene: "Las carpetas serán giradas al área legal de los bancos. Las familias quedarán en un estado de mucha vulnerabilidad ante las maniobras que lleven a cabo estos mismos bancos en términos legales. Las familias entrarán en tiempo de descuento".

"Hoy (miércoles 10) vamos a pedir frente al Congreso que, cuando se debata el proyecto del ministro Guzmán, también se trate nuestra problemática. Dejaremos una carta al presidente de la Cámara de Diputados y a la presidenta de Senadores", comentaron desde Hipotecados UVA.

La organización que integra a los endeudados expone que, dado el escenario inflacionario, "sin congelamiento y sin posibilidad de diferir hasta el final del crédito, -el UVA- se va a convertir en una bomba de tiempo imposible de pagar".

Un dato más a tener en cuenta: UVA aumentó más del 305 por ciento entre 2016 y 2020 mientras que los salarios en el mismo período merodearon una suba del 245 por ciento. La pérdida de poder de pago de quienes accedieron a los créditos seguiría profundizándose este año siempre a partir de la inflación proyectada.

 

Pedido desesperado

"Tratamos de interpelar al Gobierno para que revise las medidas tomadas hasta acá. Para que realmente podamos encontrar una salida, tener certidumbre. A fines de octubre del año pasado, el ministro Guzmán envió un proyecto con críticas a los incrementos en los UVA. Incluso con pedidos de cambios en el sistema y la fórmula. Pero ahora ocurre esta situación. Necesitamos un nuevo congelamiento que permita empalmar con otro tipo de sistema", dijo una integrante de Hipotecados UVA, hace escasas semanas.

"También estamos solicitando reuniones con los titulares del Banco Central (BCRA) y los bancos públicos y provinciales que tienen la mayoría de nuestros créditos. Pedimos la prohibición de que se vendan las carteras de deudas de las familias a otras financieras. Y que se suspendan las ejecuciones hipotecarias hasta encontrar una reestructuración de la deuda", añadió.

Entre los hipotecados no faltan quienes interpretan a esta ausencia de soluciones como un "castigo por haber tomado el crédito con el Gobierno anterior".