El Líbano, entre el exilio y la diáspora
23-11-2022 | Sociedad
Para el libanés el exilio es el inicio de un nuevo camino en el sentido de destino, destino a ser construido.

Para el libanés, desde la raíz más profunda de su historia, el fenicio de los textos de la Antigüedad, el exilio es el inicio de un nuevo camino en el sentido de destino, destino a ser construido. Y esto lo muestra, más allá de Cartago y otras colonias mediterráneas, la historia de nuestros padres o abuelos que eligieron estas tierras lejanas, más allá de las columnas de Hércules (columnas de Djebel Al-Tarik/Gibraltar) y del templo de Melkart en Cadiz como escenario para una vida mejor.

Cabe preguntarse qué relación existe entre ese Líbano, el de la diáspora o del exilio, hecho de un una multiplicidad de fragmentos de memorias familiares, como un patchwork abigarrado y heteróclito, impregnados de una gran dosis de idealización y nostalgia y el Líbano real, el de hoy, el de la eterna crisis, del caos gubernamental, del desmoronamiento de la libra libanesa, de las corridas bancarias, el de la cruel situación de los inmigrantes que realizan tareas domésticas, el de las imágenes que reportan los basurales kilométricos en las rutas en torno a Beirut, la deficiencia del abastecimiento de agua, los cortes prolongados de la electricidad, la tragedia de las barcazas de migrantes que parten de la región de Trípoli para Chipre, Creta u otras islas griegas e Italia…. .Seguramente la nuestra, memoria diaspórica (de primera, segunda o tercera generación) que remite a la vida en la aldea, la dificultad del abastecimiento del agua durante todo el año, particularmente en las aldeas montañosas, mezcladas con el recuerdo de los vergeles familiares, la oración en árabe, griego o arameo, los vecinos con quienes se intercambiaban puñados de burgol por otros de almendras o pasas, o maa’mul en las pascuas y otras festividades religiosas, los días de verano y el arak o el laban aligerado con agua o hielo….los relatos de viaje de aquellos mercaderes que volvían después de “hacerse la América”, etc. etc.

En todo caso hoy ese Líbano cristalizado en la representación que hemos forjado colectivamente los hijos y nietos de aquellos que vinieron a Argentina un siglo atrás, ya sea al final del período otomano o durante, e incluso después del protectorado francés debe ser un espejismo, espejismo que sin embargo nos permitió alimentar el amor por la tierra de nuestros progenitores…

La cruel experiencia de la guerra civil (1975/1990), la situación crítica a nivel político, económico y social de esta última década, coronada por la doble explosión (tal vez acción criminal) del puerto de Beirut (4 agosto 2020) que vino a agravar lo que ya era dramático…el éxodo diario de tantos jóvenes buscando la posibilidad de un desarrollo personal casi imposible en su tierra sacudida una crisis económica y política que no tiene fin…

Un pequeño país, mosaico étnico y confesional en búsqueda de una identidad nacional , fragmentada por su propia historia, post yugo otomano o protectorado francés…¿Cómo escribir una historia nacional que cobije a las diferentes confesiones representadas políticamente en el gobierno por una veintena de agrupaciones partidarias que responden grosso modo a colectivos étnico-confesionales : Cristianos maronitas (5 agrupaciones), Cristianos armenios (2), Musulmanes sunitas(1), dos Musulmanes chiitas (uno de ellos Hezbollah), dos partidos laicos (uno de los cuales representa a los refugiados sirios), partido verde, partido comunista…El componente religioso es un elemento capital de la definición identitaria de cada ciudadano; por ello, la voz de los políticos se confunde con la de los patriarcas de las diferentes confesiones cristianas y con la de los imanes chiitas y sunitas…

Los manuales escolares solo cuentan una historia fragmentaria que se detiene prácticamente con la declaración de la independencia en 1943. Un pequeño país inscripto en la memoria de la Humanidad desde tiempos fenicios, escenario privilegiado en el texto bíblico, tierras del judaísmo, tierras del cristianismo…escenario de la época cruzada…albergue de levantinos en quienes se (con)fundían raíces europeas con las de ese espacio entre Occidente y Oriente, sus lenguas latinas (italiano y francés principalmente) se mezclaban con el árabe local, también denominado precisamente como “arabe levantino”.

Su superficie, algo más de 10.000 km2 (un poco menos de la mitad de la provincia de Tucumán, un tercio de la de Misiones…), con una población que según las fuentes podemos acordar en 6 millones y medio para evitarnos complicaciones, y esto debido a las constantes migraciones temporarias o definitivas de la población mayoritariamente cristianas…Hoy alrededor del 60% son de confesión islámica (Sunitas, Chiitas y Drusos) y apenas un 38% de cristianos (Cristianos Maronitas, Cristianos Ortodoxos, Cristianos Armenios, seguidos de Católicos latinos, siríacos, caldeos, y de cristianos protestantes y ortodoxos….denuncia un desequilibrio alarmante para la toma de decisiones…además un país con un perfil e historia tan particulares en medio de un “continente” musulmán donde los movimientos islamistas cobran cada vez más protagonismo…No debemos olvidar que la al menos doblemente milenaria comunidad judía, presente desde tiempos bíblicos tomó el camino del exilio desde el momento de la creación del Estado de Israel 1948 y desapareció completamente con el recrudecimiento del conflicto palestino-israelí que también tiene por escenario el Líbano. Comunidad francófona marcada por las escuelas de la Alianza Israelita Universal instauradas por Adolphe Crémieux, ministro de Napoleón III gracias a un proyecto puesto en marcha en 1861.

Las imbricaciones de lo confesional con lo político agrega opacidad a la comprensión de una realidad ya de por sí tan lejana a la nuestra, no exenta de complejidad pero por motivos de otra naturaleza…

Difícil imaginar un festejo compartido en ocasión del próximo aniversario de la independencia en medio del caos político, económico, social actual…La ilusión que abrigamos por un breve instante en la última década del siglo, del milenio pasado de que la globalización nos conduciría a una hermandad global se vio estrellada por numerosos hechos como el fatídico 11 de septiembre, la aparición de los movimientos islamistas y toda suerte variables de desencuentro que hacen que este mundo no consiga consensuar maneras de diálogo productivo que nos permitan recuperar la confianza….y el Líbano desgraciadamente es la muestra de esa cacofonía de oídos sordos…Detrás de esa terrible realidad se esconden sinceros gestos de asociaciones de gentes anónimas que no pierden las esperanzas…mujeres en aldeas que buscan recuperar el cultivo y la tradición del za’atar (el tomillo), agrupaciones que trabajan por la defensa de los derechos colectivos, el proyecto de las escuelas Mohammed Mehdi Chamseddine, la asociación acciones de “jumellage” (hermanamiento) entre ciudades mediterráneas (recientemente la ciudad milenaria de Byblos con Bonifacio, en Córgega), Achrafief 2020, organización de vecinos que se definen como guardianes de barrio acompañados por las fuerzas del orden, y que realiza turnos de ronda nocturna para velar por un sueño tranquilo en medio de tanta inseguridad…la presencia del Instituto Francés de Beirut que este año realizó la “Nuit des idées” (Noche de las Ideas) con el objetivo de pensar en la reconstrucción del país gracias a la confluencia de voces de intelectuales libaneses y franceses allí reunidos el 22 de enero pasado, etc. etc…

¿Cómo inventar otro futuro?

Pequeños gestos que suman frente a la ausencia o sordera del estado…

Una lágrima y una sonrisa de esperanza que nos permita recuperar aquel sueño de Beirut “el París de Oriente”, el Líbano, aquella Suiza de Medio Oriente del recuerdo memorable de nuestros padres…

 

Emilio jose chuaire

Ex docente de Lengua Francesa, ex becario del Gobierno Francés, del Québec y de Israel. Condecorado con las Palmas Académicas de la República Francesa en el grado de Caballero.